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El PNV quiere que EA despeje cuanto antes sus dudas sobre la coalición para las municipales

El temor de verse 'disuelta' en la alianza dificulta y retrasa la decisión del partido de Errazti

El debate sobre ir o no en coalición a las elecciones municipales del próximo año está ya abierto en EA. De algún modo, también en el PNV, inquieto por las reticencias que observa en sus socios de Gobierno y deseoso de que el asunto quede 'visto para sentencia' cuanto antes. En el partido de Arzalluz se oyen ya voces que abogan por ponerle un plazo EA para que clarifique su postura. Juan María Juaristi, presidente del PNV en Guipúzcoa, el territorio donde Batasuna podría batir a ambos partidos en muchos municipios si no van unidos, estima que la decisión debe estar tomada 'para el verano'.

Por su parte, el máximo dirigente del PNV alavés, Iñaki Gerenabarrena, considera vigentes todas las circunstancias que aconsejaron la coalición para las autonómicas. En este territorio la alianza no tiene por función derrotar a Batasuna, cuya representación es poco relevante, pero sí garantizar un primer puesto, perdido en 1999 ante el PP por escasos 300 votos, que coloque al nacionalismo en posición de aspirar a recuperar la Diputación foral. Fuentes de la ejecutiva nacional de EA aseguraron sin embargo a este periódico que no han recibido ninguna comunicación oficial ni siquiera sugerencia desde el PNV en el sentido de fijar plazos.

La cuestión divide al partido de Errazti por la misma línea que se trazó en su último y traumático congreso de 1999. La línea crítica, apeada de la ejecutiva nacional entonces, pero con gran peso en Guipúzcoa, el territorio de mayor presencia electoral de EA, propugna la coalición con el PNV y así lo ha hecho saber ya. En diciembre de este año EA celebrará su nuevo congreso, en el que esta cuestión volverá a ser objeto de debate.

Otras fuentes del PNV consultadas, éstas en la ejecutiva vizcaína, afirman que la respuesta que han obtenido hasta ahora de sus socios al tantearles sobre sus intenciones es que sólo una decisión de ese próximo congreso podría cambiar la resolución de presentarse en solitario adoptada en el anterior. En cualquier caso, EA alteró esa postura sin problemas para las elecciones autonómicas del año pasado. El V Congreso estableció que EA concurriría como un 'proyecto separado y diferenciado', con sus propias candidaturas, 'en tanto en cuanto, por mediar circunstancias extraordinarias, no decida hacerlo mediante fórmulas especiales de coalición'.

Las voces más reticentes a que la coalición se haga habitual -en la práctica, toda la dirección nacional del partido-, señalan un peligro principal: el de 'difuminación e incluso disolución' del proyecto de EA, 'en caso de concurrir en coalición a las elecciones de una manera continuada', según los términos en que se expresó en dos recientes reuniones de cargos públicos el propio secretario general de la formación, Gorka Knörr.

Situación no homologable

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Los partidarios de que EA concurra con sus propias siglas a las elecciones locales consideran que la situación actual no es homologable a la vivida en las autonómicas del año pasado. Aquel momento, dicen, fue un caso de auténtica 'emergencia nacional', en el que estaba en juego el desalojo del nacionalismo del poder y tuvo un carácter casi plebiscitario.

Pese a que en el PNV se da por hecho que la coalición se producirá finalmente y que EA juega en gran medida con estas reticencias a hacer subir el precio de su concurrencia en candidaturas conjuntas, lo cierto es que sus dirigentes expresan argumentos firmes en contra. 'Las elecciones municipales no son homologables a las de mayo de 2001' , afirman fuentes cualificadas del partido de Begoña Errazti. Consideran que en el contexto de hoy es preferible dejar que cada fuerza juegue en solitario y buscar luego pactos 'postelectorales' con el PNV, que eventualmente, se acepta, tendrían que sumar a otra fuerza. 'Juntar los votos del PNV y EA no tiene por qué ser un fin en sí mismo', afirman, máxime cuando no se va a pactar con Batasuna.

Con la posibilidad de que se produzca un nuevo trasvase de votos desde Batasuna añadido a los 80.000 de las autonómicas, las mismas fuentes razonan que de ningún modo hay que dar por hecho que esos sufragios 'tengan necesariamente que ir al PNV'. Por el contrario, sostienen la legitimidad de EA para luchar por mantener un perfil propio, que su electorado reconoce, y conseguir que el proyecto 'más nacional y progresista de EA' resulte en las elecciones municipales una opción más atractiva que el PNV para el votante descontento con Batasuna.

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