'La mayoría del partido no percibía la necesidad de realizar unas primarias'
Joan Ignasi Pla (Atzeneta d'Albaida, 1959), abogado y funcionario de la Generalitat, es el secretario general del PSPV. Diputado nacional compite en estas primarias con el respaldo del 82% de los integrantes del comité nacional de la federación, máximo órgano entre congresos.
Pregunta. ¿Porqué considera usted que tiene un perfil más adecuado que Ciscar para ser candidato electoral?
Respuesta. Por la idea de cambio, que tiene una traslación concreta en el seno del partido tras el IX congreso de Alicante y que ahora aspiramos a trasladar al conjunto de la ciudadanía y de la Comunidad. Creo que tenemos que hacer una apuesta de futuro para ganar a la derecha desde la unidad del partido. La imagen de regenaración política se ha hecho en el partido, pero no se ha concretado cara a la sociedad.
'Creo que el cambio que piden los ciudadanos no se puede hacer desde la nostalgia'
P. Usted ha separado lo que es el programa electoral de lo que es el candidato. ¿En qué marco se establecen entonces las diferencias con su rival?
R. En la trayectoria y el perfil personal de cada uno. Eso es fundamental, y luego en la necesidad de que haya una sintonía entre lo que piensan nuestros militantes y lo que piensa la gente de la calle respecto a quién puede ser la mejor opción electoral del PSPV. En estos días de campaña hay que incentivar la toma de responsabilidades de la militancia, en el sentido de que oigan lo que pide la sociedad a nuestro partido. La ciudadanía tiene bastante claro que quiere gente que represente una nueva forma de hacer política, distinta. Y creo que los ciudadanos aspiran a que el partido socialista se sitúe en la mejor posición y tenga mayor cohesión y unidad.
P. Como militante ¿porqué razones no votaría por Ciprià Ciscar?
R. Porque creo que el cambio que piden los ciudadanos no se puede hacer desde la nostalgia. Desde la nostalgia no se construye una opción de futuro y el pasado más reciente del PSPV ha estado demasiado vinculado a la imagen de crisis y derrota electoral. La ciudadanía valora el trabajo hecho por los gobiernos socialistas entre 1983 y 1995, pero tienen amortizada ya esa labor, porque están consolidados toda una serie de servicios. Ahora la gente espera un segundo impulso de modernidad.
P. Insistió ante el PSOE en la necesidad de adelantar las primarias para consolidar su liderazgo y al final tiene un rival. ¿Revisaría ahora su petición?
R. No, en absoluto. La idea de consolidar ante la ciudadanía la imagen, la cara de una nueva etapa que ha superado todas sus dificultades y que tiene capacidad de presentar un proyecto de futuro la tengo igual. Adelanté las primarias porque percibí que había confianza en el partido, porque se habían abierto puentes con la sociedad y, sobre todo, porque los referentes sociales pedían que se acabase con la indefinición sobre quién iba a representar la apuesta socialista de futuro en el PSPV. Al final, lo que se ha puesto en evidencia también es que la mayoría del partido no tenía la percepción de una necesidad de primarias. Y eso se ha hecho evidente en el respaldo del comité nacional a mi candidatura y en el [número] de los avales a Ciscar. En cualquier caso, una parte pequeña del partido ha optado por elegir el candidato mediante el procedimiento del que nos dotamos y yo me alegro porque nos permite adelantar la larga campaña electoral frente a Zaplana.
P. ¿Cree que esta experiencia le permitirá modular las primarias locales?
R. Si soy elegido me encontraré en una situación de clara referencia ante la ciudadanía. Lo que intentaré como dirección política y como candidato será influenciar en los procesos locales, pero nunca contra la voluntad de quienes decidan presentar su candidatura ante los militantes. Desde el punto de vista electoral, un candidato y secretario general ha de orientar hacia los mejores referentes electorales en las ciudades. Si alguna persona cree que su opción es válida y no coincide con la dirección voy a respetarla, porque pienso que uno de los valores de las primarias es la movilización interna.
P. Aseguran que usted ha defendido en el PSOE la propuesta de Carmen Alborch como candidata a la alcaldía de Valencia, y ahora avala a Ciprià Ciscar. ¿Se siente defraudado?
R. Tengo una gran consideración por Carmen Alborch y ni he utilizado, ni quiero utilizar su nombre. Tiene su responsabilidad en el Congreso y ha de definir cuál es su responsabilidad en el futuro. A veces, en ese afán de poder ser alternativa, en una ciudad se dicen muchas cosas que no responden a la realidad, pero siempre he dicho que hay que hacer los procesos cuando correspondan. Primero el proceso autonómico y luego los locales. Respeto su decisión personal de dar el aval a Ciscar. Creo que las decisiones personales vinculadas a un espacio político han de ser respetadas. Si soy elegido candidato y, en la búsqueda de lo mejor para la proyección pública del partido, he de tomar una decisión, no será un obstáculo su aval a Ciscar, aunque me consta que Alborch tiene ya tomada su decisión.
P. El equipo de Ciscar ha criticado las dificultades puestas por la ejecutiva del PSPV. ¿Qué opina?
R. No lo entiendo, porque el proceso se ha respetado escrupulosamente. Creo que es un tema accesorio, que sólo crea confusión y perjudica el proceso de primarias, sobre todo sabiendo que se dicen cosas que no son ciertas.
P. Dijo que quien se presentara a las primarias para tener cuota en las listas electorales se equivocaría porque no la tendría. ¿Lo sigue manteniendo?
R. Efectivamente. Este proceso está marcado por la idea del cartel electoral y la responsabilidad del partido es hacer las mejores candidaturas. Pensar en presentarse para lograr cuotas es pensar como en el pasado reciente del partido y eso ha sido superado por la organización.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.