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Crítica:ZARZUELA | 'MADRID, MADRID'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Nostalgia peligrosa

Estaba el todo Madrid en el teatro de la Zarzuela, con el alcalde y el presidente de la Comunidad al frente, pero también con rectores de varias universidades, desde la Carlos III a la Politécnica, y caras famosas del mundo del espectáculo; muchas caras famosas. El género chico, ya se sabe, propicia estas manifestaciones de madrileñismo militante. Porque la cosa iba de Madrid, con su lenguaje castizo, sus ocurrencias graciosas y, sobre todo, su peculiar y fresca musicalidad.

El director de escena no se complicó la vida y presentó una propuesta convencional donde las haya, y el director musical llevó la orquesta con su profesionalidad habitual en estos menesteres. Cantar, lo que se dice cantar, lo justito. Pero la manera de decir el texto, de saber estar en escena, de hacer teatro, en suma, justificaba sobradamente el espectáculo.

Madrid, Madrid

Los claveles. Sainete lírico de José Serrano. Con María Rodríguez, Ángel Rodríguez Rivero, Marta Puig, Enrique Ruiz del Portal, Carmen Sánchez, Luis Varela, Jaime Blanch y Paco Racionero, entre otros. Agua, azucarillos y aguardiente. Pasillo veraniego de Federico Chueca. Con Mar Abascal, Eneida García, Susana Cordón, Elisenda Ribas, Marco Moncloa, Lorenzo Moncloa, Aurelio Gabaldón, Emilio Alonso y otros. Dirección musical: Miguel Roa. Dirección de escena: Alfonso Zurro. Escenografía: Alfonso Barajas. Figurines: Ana Garay. Orquesta de la Comunidad de Madrid, Coro del Teatro. Teatro de la Zarzuela, 11 de abril.

En Los claveles, la actriz Marta Puig se echó encima el peso del sainete lírico y, gracias a ella, se mantuvo en pie con entidad. Estuvo arropada, por supuesto, pero más desde la desenfadada resolución con la palabra de las situaciones teatrales que desde el entusiasmo despertado por los aspectos más específicamente musicales.

Agua, azucarillos y aguardiente es una joya del género chico, un bombón. Entre golpes de abanico, barquilleras, una mazurca o un soneto al botijo, la representación transcurrió con una desenvoltura suficiente, pero sin llegar en ningún momento al arrebato. Se defendían en sus cometidos con garra contenida Susana Cordón, Eneida García y Mar Abascal, lo suficiente al menos para que una buena parte del público, con tendencia al triunfalismo, se lo pasase de miedo. Madrid, Madrid. En la escena, en la sala. Madrid de ayer, Madrid de hoy. La nostalgia es un peligro en estas ocasiones.

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