Las estaciones restantes se abrirán cada dos años
La mayor parte de los municipios de la Margen Izquierda tendrá que esperar aún varios años para disponer del metro. La idea inicial era que la denominada segunda fase de la Línea 2 (la continuación hasta Santurtzi) estuviera en funcionamiento en 2006 y que la prolongación al barrio santurtziarra de Kabiezes y a Basauri (en el otro extremo de la línea), se demorase a 2011.
Sin embargo, en 1999 las autoridades decidieron modificar los planes de construcción e ir poniendo en servicio las estaciones según se iban terminando los tramos. La nueva estrategia va a beneficiar especialmente a Sestao, que, si se cumplen los plazos, contará con el suburbano en 2004. Portugalete tendrá este transporte en 2006, mientras que los vecinos de Santurtzi habrán de esperar la llegada del metro hasta 2008. En el caso de la prolongación hasta el barrio de Kabiezes -un trayecto que se incorporó en la fase de alegaciones del proyecto-, se dispondrá del metro en el primer trimestre de 2010. En Basauri la previsión es concluir las obras para 2011.
La construcción de los tramos desde Urbinaga a Portugalete, de tres kilómetros de longitud, y el de Etxebarri y Ariz, de un kilómetro, tienen un presupuesto de 166 millones de euros. La prolongación de Portugalete hasta el barrio santurtziarra de Kabiezes (3,6 kilómetros) y, por el otro lado, a Basauri (2,3 kilómetros) se ha previsto en 279 millones de euros.
Cuando finalicen estas obras, dentro de al menos diez años, el metro dispondrá de 41 estaciones y cubrirá un trayecto de 44,5 kilómetros. A partir de estos proyectos, la extensión a municipios como Galdakao o la implantación de nuevas líneas en Bilbao son hipótesis a largo plazo que dependerán en gran medida de la disponibilidades económicas.
Ahora, el Consorcio de Transportes de Bizkaia, entidad participada al 50% por el Gobierno vasco y la Diputación y que aporta las inversiones para la construcción del metro, tiene una deuda superior a los 368 millones de euros.
Algunos partidos de la oposición de Bilbao han planteado la extensión del metro a barrios de la periferia que tienen gran densidad de población, como Otxarkoaga, Txurdinaga y Rekalde, a lo que se opone el Gobierno vasco.
El Departamento de Transportes y Obras Públicas ha aducido el elevado coste que supondría la implantación del suburbano en estas zonas. Calcula una inversión de 375 millones de euros para beneficiar a 10,5 millones de usuarios al año. En cambio, defiende implantar el ferrocarril y el tranvía, que obligaría a un gasto de 200 millones de euros y lograría captar 12 millones de viajeros.
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