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Sharon admite desacuerdos con Bush y se niega a retirarse de los territorios

Powell emprende su viaje a Oriente Próximo con pocas esperanzas de paz

'Una de nuestras prioridades es conservar las relaciones con nuestros amigos, sobre todo con EE UU. Pero es verdad que a veces puede haber desacuerdos', declaró Sharon a través de la televisión pública. 'Serán desacuerdos entre amigos'. La víspera, Bush telefoneó a Sharon y le hizo un nuevo llamamiento a que cese la represión iniciada en Viernes Santo con el asedio al cuartel de Yasir Arafat y el ataque y ocupación de siete de las ocho ciudades palestinas. 'Israel se encuentra en un punto de no retorno', dijo ayer Sharon. 'EE UU entiende que Israel no retirará inmediatamente sus fuerzas y que no habrá una retirada en una sola fase', aseguró su ministro de Defensa, Benjamín Ben Eliezer.

El propio Powell, que hoy inicia en Marruecos la primera etapa de una gira que le llevará el jueves a Jerusalén, reconoció ayer las dificultades de su misión. 'El presidente no da órdenes al primer ministro de un país soberano, pero habló como uno de los mejores amigos de Israel, y creo que Sharon entendió claramente el mensaje que se le transmitió', dijo el secretario de Estado. 'Les llevó bastante tiempo hacer el despliegue y el repliegue será lento'.

Powell se reunirá en Rabat con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdelaziz, autor de un plan de paz aprobado por la Liga Árabe, según la agencia oficial de Marruecos. Aunque la agenda de Powell no está cerrada, fuentes españolas señalaron que es probable que vaya a Egipto y el miércoles esté en Madrid, donde se reunirá con Kofi Annan, secretario general de la ONU, con José María Aznar y con Ígor Ivanov, ministro de Exteriores ruso, para hablar sobre Oriente Próximo.

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