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PERSONAJES

El tirano reaparece

Dong Yanmei, una atleta entrenada por el polémico técnico chino Ma Junren, intenta suicidarse tras no ser seleccionada

Carlos Arribas

Ma Junren es un malo recurrente. Un personaje único que aparece y desaparece cíclicamente, siempre asociado a noticias tristes o dudosas.

Ayer los teletipos de Efe escupieron, desde Pekín, lo siguiente: 'La mejor fondista china, Dong Yanmei, cuarta en los 5.000 metros de los Mundiales de 2001, intentó suicidarse el pasado sábado en su campo de entrenamiento en la ciudad de Dalian, en el noreste del país. Al parecer, Dong, ex plusmarquista mundial y doble medalla de oro en la Universiada de Pekín en 2001, ingirió una sobredosis de somníferos tras su jornada de entrenamiento diaria. Dong, que es integrante del equipo de atletismo dirigido por el polémico entrenador Ma Junren, fue trasladada al hospital con urgencia y ya ha sido dada de alta. Sus allegados aseguran que Dong se encontraba deprimida desde que fue descartada para los Campeonatos Nacionales de Maratón de Jinan'.

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Ahí están, resumidas en unas líneas, todas las constantes de la carrera de Ma, el técnico que no deja de fumar mientras manda a sus chicas -siempre ha entrenado sólo a mujeres- correr kilómetros y más kilómetros.

Ma, el excesivo Ma, entró en tromba en el mundo del atletismo. Fue en 1993. Fue en los Mundiales de Stuttgart. Tres atletas desconocidas, tres corredoras sin referencias, Liu Dong, Qu Yunxia y la gran Wang Yuxia, asombraron al mundo ganando todos los títulos entre los 1.500 y los 10.000 metros. La prensa de la época, muy apropiadamente, bautizó al grupo como el ejército de Ma, su entrenador, el cuarto de nueve hermanos, que en 1962, cuando tenía 17 años, se unió al ejército popular chino, que después trabajó como funcionario de prisiones y que, licenciado, se dedicó a entrenar atletas en su provincia de Liaoning. Su grupo era un ejército; sus atletas, soldados alimentadas, cuentan las leyendas, con sopa de burro y sangre de tortugas degolladas; obligadas a creer que la madre de Ma es una diosa a la que deben encomendarse, obligadas a correr 65 kilómetros diarios, sometidas a una vida de privaciones, sin cosméticos, prohibido llevar el pelo largo, prohibido tener novio. Y, siempre, a través del humo de su cigarro, la mirada vigilante de Ma, el tirano, el tigre feroz, capaz, siguen las leyendas, de ejercer la violencia física para mantener la disciplina.

El mito, y la sospecha, se hicieron insoportables en octubre del mismo 1993, cuando, en Pekín, sus atletas batieron, por puñados de segundos, todos los récords del mundo entre los 1.500 y los 10.000 metros. Las acusaciones de dopaje coincidieron con las defecciones. En 1994 las tres atletas abandonaron a Ma, al que acusaron de quedarse con el dinero de sus premios y con el mercedes con que Stuttgart gratificaba a los campeones. Sólo Wang Yunxia, doble medallista en Atlanta, siguió compitiendo.

Ma, mejor, su ejército, el nuevo ejército de Ma, reapareció en 1997, después de unos años duros, de enfermedades y de un accidente de circulación. Fue en Shangai, en los Juegos Chinos. Tres nuevas atletas-soldado. Musculosas, pelo corto, veloces, muy jóvenes e incansables. Dong Yanmei, de 17 años, una de ellas. bate el récord del mundo de los 5.000 metros rebajando en 5 segundos la marca anterior. Le dura dos días porque se lo arrebata Jiang Bo, otra atleta de Ma, pero Dong es la mejor del grupo.

La leyendas de tortugas y deidades mitológicas ya no están de moda. Ma habla de entrenamiento en altitud, de disciplina y de otras cuestiones más normales como clave del éxito. El primer revés de la fortuna, en julio de 2000, revela, sin embargo, la verdadera verdad. Una verdad de tres letras: EPO. Dong no superó un análisis interno y, junto a otros 26 atletas chinos, fue retirada de los Juegos de Sydney. Reapareció un año después en Edmonton, en la carrera de los 5.000 ganada por la rusa Yegorova, acusada asimismo de consumir EPO; en la carrera, también, de la plata de Marta Domínguez. Fue cuarta. Su marca, normal.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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