Señor propietario, me urge comprar piso en esta finca
Ya está. Me he vuelto a encontrar en el buzón la nota de Noelia. Dice lo de siempre: 'Me urge mucho comprar piso en esta finca. Pago al contado. Llamar a Noelia'. También quería mi anterior piso, y el otro. No le importa dónde viva, siempre lo quiere. No le importa si es de alquiler o si lo acabo de comprar, a ella le urge mucho. No es que sea una envidiosa y quiera mi hogar. Si mañana me voy a vivir a Gràcia, Noelia no tardará ni tres días en dejarme su nota escrita a mano, con una letra femenina (espero que nadie encuentre sexista o vejatorio que diga que una letra es femenina). El color de la tinta de las letras es azul, el trazo parece de rotulador de punta gruesa, y el texto está escrito sobre un fondo cuadriculado. Ha habido otras como Noelia. Marta, la señora Ros o Isabel. Siempre es una mujer. Si me voy de vacaciones, a la vuelta encuentro 20 notas de Noelia (es la más insistente) 13 de la señora Ros y 18 de Isabel. Por su culpa, las cartas que de verdad me interesa recibir no caben en el buzón y el cartero las deja en el suelo como si fuesen correo comercial. Los vecinos me las pisan. Lo curioso del anuncio de Noelia es lo de 'pago al contado'. Hoy todo el mundo paga los pisos al contado. ¿Qué otra forma hay de pagar un piso? Casi nadie acepta que se lo pagues a plazos, con letras. Para eso se contratan las hipotecas, para pagar al contado. Me parece que la redacción es un cliché como el de esos carteles en los que lees: 'Se hacen fotocopias al instante'. Hoy, en el 2002, todas las fotocopias son al instante. Conociendo la personalidad de Noelia, sé que, si por fin consiguiera comprar mi piso, pondría probablemente un anuncio en el periódico o en las farolas de la calle, también con los mismos clichés de todos los que redactan anuncios de pisos. Escribiría por ejemplo: 'Muchas posib.' que quiere decir 'muchas posibilidades', lo que a su vez significa que no está reformado. Sería más fácil escribir 'por reformar', pero entonces el anuncio no sería poético. Si en su anuncio se leyera 'muy tranquilo', estaría queriendo decir que está en las afueras o al lado del cementerio. Si pusiera el número de habitaciones pero no los metros, sería pequeño. 'Alto, mucho sol', en el lenguaje de Noelia, es que no tiene ascensor, y -lo más bonito de todo- si escribiese 'ideal parejas', querría decir que el piso es minúsculo. Se supone que las parejas se quieren tanto que todo el día están en la cama, por lo que no les hace falta el espacio. Es más: en un piso grande serían infelices. Si todos lo sabemos, ¿por qué se sigue redactando así? Por amor a la poesía. Ahora, algunos anuncios de pisos vienen con foto. En la Guía Exprés, por ejemplo, la inmobiliaria Oresa vende un piso de la calle de Fondo con tres dormitorios, amplio salón, cocina office, hidromasaje, puertas roble, balcón, ascensor. La foto es en color, apaisada, y mide exactamente 1,1 centímetros de largo por dos de ancho. Pero en un espacio tan pequeño, ¿qué foto poner que sea representativa?, ¿la de alguno de los tres dormitorios?, ¿las puertas de roble? El autor ha optado por la bañera de hidromasaje. En 1,1 centímetros no cabe entera, así que la vemos parcialmente. Hace esquina, es blanca y como sólo se ve por dentro parece un lavamanos. Para evitarlo, o quién sabe por qué, en los bordes hay cuatro botellas de champú y de suavizante o gomina y esponjas. No sé si esa bañera ayuda a vender el piso, pero es artística.
El autor de la nota escrita a mano es siempre una mujer. Quiere el piso y anuncia que paga al contado
Acabo de llamar a Noelia. En todos estos años nunca lo había hecho. Tiene una voz muy agradable que parece de alguien de unos 30 años. Me he imaginado que se llama Noelia gracias a la canción Noelia de Nino Bravo. Entonces podría ser que haya nacido en 1971, año en que la canción estuvo en las listas de éxitos. 'He visto tu nota en mi buzón', le he dicho. '¿En qué parte de Barcelona vives?', ha querido saber ella. Cuando le he preguntado si era particular, creo que se ha sorprendido. Es consciente, a lo mejor, de que nadie cree ser el único destinatario de su nota. Cualquier persona puede ver que todas las notas de Noelia son una fotocopia. No es que Noelia no tenga ordenador para escribir sus notas, seguro que lo tiene. Es que seguramente ha estudiado que son más efectivas si las escribe a bolígrafo, imitando una letra apresurada en una hoja cualquiera. Me recuerda los sacos rústicos de café de algunos bares de nombre italiano. Todo el mundo sabe que allí dentro no hay café en grano, son falsos, pero es igual. También me recuerda que en algunos restaurantes cuelgan los ajos del techo del comedor, un lugar absurdo para colgar los ajos. Todos sabemos que si normalmente cocinas con ajos, el comedor no es el sitio más indicado para guardarlos y, por tanto, eso sólo puede significar que en ese restaurante, desgraciadamente, no cocinan con ajos ni siquiera el allioli. Pero el decorador cree que si el ajo cuelga encima de tu cabeza mientras cenas, te sentirás más rústico y feliz. Del mismo modo, Noelia te plantifica su nota fotocopiada. La llamada que le he hecho era para decirle algo, pero no me he atrevido. Te lo digo ahora, Noelia: no me envíes más notas. No me persigas. Jamás te venderé mi piso. No mientras tu anuncio no esté escrito en redondilla y en una hoja con fondo blanco.
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