Paisajes parisinos
El trabajo de Esther Pizarro (Madrid, 1967) se ha centrado en la interpretación escultórica del espacio urbano por medio de la tridimensionalización de planos y callejeros, reinterpretando en clave artística las teorías de la geografía de la percepción, al materializar en contundentes volúmenes escultóricos sus vivencias urbanas de París, como antes lo hiciera con las experimentadas en Los Ángeles y Roma.
Una figura humana a escala se denomina estatua, si es un volumen se nombra como escultura y si se trata de un espacio arquitectónico o urbano se habla de maqueta. Contra estas convenciones se alza ahora el trabajo de Esther Pizarro al realizar 20 obras escultóricas que siguen los perfiles de cada uno de los arrondissement de París, recreando volumétricamente la estructura urbana y administrativa de la capital de Francia. La diferencia entre estas esculturas y las maquetas radica en que las maquetas ilustran el espacio y lo hacen visualmente comprensible, mientras que las esculturas interpretan su sentido emotivo y lo hacen poéticamente sensible. En estas obras se pueden reconocer vagamente bulevares y ríos metamorfoseados en otoñales ramas de árboles, se pueden leer los toponímicos de sus arterias, pero estos nombres ya no indican una dirección postal, sino que se han convertido en poemas visuales, en sonoros ecos del lugar.
ESTHER PIZARRO
Escultura Galería Raquel Ponce Alameda, 3. Madrid Hasta el 20 de abril
En algunas maquetas se puede levantar el tejado de las casas y, bajo él, aparece la estructura espacial de los edificios y la intimidad de las viviendas. Como un nuevo Balzac que abriera a la curiosidad de nuestros ojos la vida burguesa de París, Esther Pizarro ha utilizado la característica forma de los tejados parisienses, con sus columnas de chimeneas y sus mansardas de zinc como imágenes de la vida ciudadana. Estos tejados que han sido levantados e invertidos cobran una fuerza escultórica de singular potencia plástica. El dominio de la escala y la cualidad de presencia física, la esmerada ejecución de las piezas, combinando materiales de diferente textura, color y dureza, como son el plomo y la cera, hacen de esta exposición un conjunto que se destaca en la atonía en la que se halla el mundo de la escultura.
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