ADICCIÓN A SU MUJER, VACACIONES Y HACIENDA
Fran Rivera está dispuesto a todo para volver con Eugenia. Después de confesar que él es el culpable de su separación, ha decidido someterse a una terapia para superar su 'adicción a las mujeres', y parece ser que su mujer, la legítima, no hace ascos a la reconciliación. Lo cuentan Lecturas y Diez Minutos. Lo que no se sabe es en qué consiste la terapia y si da resultado. Ya se verá. Mientras, la Semana Santa sevillana se ha llenado de famosos que se emocionan en las procesiones. Ahí está Carmina Ordóñez llora que te llora en el balcón y luego sonríe que te sonríe cuando le hace arrumacos un amigo. Otros, como Jesulín, pasan del fervor religioso y se van a Castellón, a la playa, con su futura mujer y su hija, Andrea, que, por cierto, se lleva muy bien con María José, como muestra Semana. No sé qué dirá Belén Esteban cuando vea las fotos. ¡Qué miedo! Pero las mejores vacaciones, sin duda, las de nuestra Sarita Montiel en Cuba con su Toni. Llena de pareos cual ninfa de mar, se deja besar por su hombre, con el que piensa casarse. Las fotos son inolvidables. Y vamos con las malas noticias. Concha Velasco está angustiada. Sus problemas con Hacienda no han terminado y piensa que lo único que ha valido la pena en los últimos 25 años son sus hijos, según cuenta en Lecturas. Mette-Marit, que es el pozo de las desdichas (lo mismo le da un ataque de histeria en un avión que coge una neumonía), se ha fracturado esta vez un tobillo. Menos mal que tenemos a Chenoa, que está tan contenta con su vida y con David Bisbal, y a Raquel Mosquera dispuesta a superar su tristeza y que ha comenzado operándose la nariz.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.