_
_
_
_
OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El grito de Leo Bassi

El artículo publicado por este periódico el domingo 24 de marzo, titulado Quejas vecinales contra el 'canto' del 'hombre pájaro', me ha animado a escribir este pequeño grito particular en defensa de una de las propuestas teatrales más auténticas y originales que he vivido últimamente como público.

Sin embargo, hoy mi testimonio es como vecina gratamente 'afectada' por el grito eufórico y vitalista del centenar de espectadores que asiste cada noche al espectáculo de Leo Bassi en el teatro de mi barrio. Vivo justo en la plaza a la que cada noche, tras la función, sale Leo Bassi y su público a proferir un grito colectivo y vivificador que, según su periódico, ha provocado las quejas de mi vecindad.

Lo he leído extrañada, pues no he oído una sola queja de ningún vecino acerca de esta performance espontánea, que no dura más de un par de minutos. Es más, estoy convencida de que la mayoría celebra que este magnífico espectáculo atraiga a nuestro barrio un público culto y sensible, amante del teatro, y no a la temida fauna noctámbula del botellón.

Si no nos hemos acostado todavía, mi compañero y yo, como muchos otros vecinos, salimos al balcón a saludar a Leo y su tropa; a veces incluso bajamos a la plaza para participar en su grito catártico y tribal. Si estamos acostados, los días laborales y vísperas de festivo, el grito de la multitud, como si fuera un reloj orgánico, nos anuncia las 12.30 horas. Los domingos y festivos el grito marca las 10.30 horas. Siempre que lo oímos, nos imaginamos no al 'hombre pájaro' que molesta al vecindario, sino al bufón transformado en ángel, como él mismo explica en su espectáculo, que ayuda a la multitud a liberarse de sus complejos y miedos atávicos. Un grito en común que pone punto final al extraordinario y emocionante hecho teatral que Leo, mago revolucionario imprescindible, pone en pie en las noches del Alfil.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_