Schumacher estrena el Ferrari 2002
La marca italiana pondrá su nuevo bólido en manos del alemán en Brasil, pero Barrichello seguirá con una evolución del F-2001
El último proyecto de la marca de Maranello verá la luz por fin en la tercera carrera del Campeonato del Mundo de fórmula 1. El bólido que se presentó a bombo y platillo a principios de año, el Ferrari 2002, debió salvar algunas tribulaciones antes de que Jean Todt, máximo responsable técnico de la escudería, decidiera ponerlo por fin en manos de su primer piloto, el alemán Michael Schumacher.
Aunque estaba todo a punto y que su motor resultaba más potente y veloz que el de 2001, Ferrari renunció a competir con él en las dos primeras carreras: Australia y Malaisia. Existía un problema de fiabilidad. Entonces, la marca buscó asegurar puntos en los inicios de la temporada, sabiendo que las demás escuderías deberían también superar los lógicos problemas de puesta a punto. El resultado fue excelente... para Schumacher: una victoria en Albert Park y un tercer puesto en Sepang. Pero no para Rubens Barrichello, segundo piloto, que aún no ha puntuado.
La semana pasada, sin embargo, el bólido rojo ofreció suficientes garantías en las pruebas que la escudería realizó en Montmeló. Y el coche fue enviado a Brasil para que lo estrene Schumacher. Barrichello, loco por ganar en casa, seguirá compitiendo con el modelo de 2001 evolucionado. 'Estoy algo decepcionado', reconoce el piloto brasileño. 'Me hubiera gustado correr en casa con el nuevo bólido. Lo probé en Barcelona y me pareció fantástico. Es muy bueno y está muy bien equilibrado. Me dio todo lo que esperaba de él. Pero sé que era imposible trasladar dos F-2002 a Interlagos y lo acepto'.
En un trazado rápido, pero irregular como el de Brasil, donde los baches son un elemento intrínseco de la carrera, contar con la fiabilidad de un coche experimentado no es un mal asunto. Barrichello no tendrá la velocidad punta ni disfrutará de las últimas mejoras aerodinámicas del coche que usará Michael Schumacher, pero puede que la estabilidad, la fiabilidad, la dureza y la consistencia del viejo diablo rojo acabe por compensarle.
Las diferencias sustanciales entre un coche y el otro se centran en las mejoras aerodinámicas y en el menor peso del motor. Es un coche más veloz, capaz de mejorar los tiempos un segundo por vuelta. Su depósito puede albergar 113 litros de combustible, o sea 13 menos que el F-2001. El motor es más ligero y el centro de gravedad se ha bajado aún un poco más. La culata y el cigüeñal han sido remodelados. El motor facilita la conducción. El coche resulta muy manejable.
Todos estos detalles no figuran en las especificaciones técnicas facilitadas por la marca de Maranello. Allí la única diferencia sustancial que se constata es que el nuevo Ferrari utilizará el motor 051 y no el 050 del año pasado. Pero eso no importa. Si Todt ha decidido poner el F-2002 en circulación es porque tiene garantías. Y no escatima medios para la puesta en escena. Por primera vez, el box de Ferrari albergará a 70 personas -suele haber unas 65-. Y la marca ha desplazado cuatro coches a Brasil, en un alarde económico, para una carrera que no es en absoluto decisiva.
'Estoy encantado con la decisión del equipo', asegura Schumacher, que es líder del Mundial con 14 puntos, perseguido por los dos pilotos de Williams, el colombiano Juan Pablo Montoya, a dos puntos, y su hermano Ralf, a cuatro. 'Era optimista antes y ahora lo soy aún más. Es un coche más rápido y eso me gusta. Nunca hemos pilotado el nuevo coche en condiciones de carrera similares a las que tendremos en Interlagos, pero todas nuestras pruebas indican que se trata de un bólido muy fiable'.
En Interlagos, a la pugna que mantienen Ferrari y BMW Williams por el liderato de marcas (los constructores alemanes dominan con 22 puntos, por 14 de los italianos), se unirán los alicientes que aportan la altura, el calor y los baches. Los neumáticos tendrán su incidencia. Bridgestone, que equipa a Ferrari, estrenará gomas más evolucionadas. Pero lo que todo el mundo espera es ver un nuevo duelo entre Schumacher, el cuádruple campeón mundial, y Juan Pablo Montoya, el único piloto que le planta cara.
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