'Han hablado mucho los historiadores y muy poco la gente de biblioteca'

Una historia como la del Born y la estación de Francia tiene también sus perjudicados. Rafa Cáceres y Enric Sòria son los dos arquitectos que firman el proyecto de biblioteca para el Born, una inversión pública de 34,19 millones de euros (5.689 millones de pesetas).

'Sí, somos los perjudicados por el hallazgo. Para nosotros ha supuesto un palo en las ruedas', confirma Enric Sòria. 'La gente que tiene opinión y mando parece que ha decidido que hay que conservar esas ruinas. No voy a ocultar que eso me provoca mucha fatiga, en el aspecto profesional y también en el humano'.

'Reconozco que tendría que ser optimista, pues el hallazgo es importante; pero supone un parón a mi trabajo. Yo no he recibido aún ningún encargo. Si se me dice que tengo que revisarlo todo para hacer compatible la biblioteca con las ruinas daré lo mejor de mí para que sea posible. De momento, no quiero pensar en nada más'.

¿Y si le encargaran construir esa biblioteca en la estación de Francia? En definitiva, ambas son dos estructuras metálicas diáfanas. 'No creo tener ningún derecho adquirido sobre esta obra, pero si me lo encargaran lo haría encantado. ¿Inconvenientes de la nueva ubicación? No muy diferentes de los del Born: adaptar un antiguo uso público a uno nuevo. Los problemas de conversión y de climatización no son muy distintos'.

Considera Sòria que el estado de conservación de la estación es mucho mejor que el del mercado. Añade detalles de interés: 'Se ha dicho que el depósito de la Biblioteca Provincial no podrá construirse debido a las ruinas. Una biblioteca de estas características tiene unos depósitos peculiares. En ellos no se guardan incunables o piezas de gran valor. Son depósitos que deben ser de uso corriente, muy acesibles. Reciben muchos materiales por envío espontáneo de editoriales que, pasado un tiempo, no se guardan '.

Sòria lamenta una sola cosa: 'Que hayan hablado hasta ahora sólo los historiadores y los interesados en arqueología y muy poco la gente de las bibliotecas. Las bibliotecas no pueden medirse con el rasero de las audiencias televisivas'.