La apertura de zanjas en la capital disminuye un 30% respecto a 2001
El Consistorio ha iniciado 324 expedientes por irregularidades en las obras
La apertura de zanjas en las calles de la capital ha disminuido en un 30% durante los tres primeros meses de este año respecto al mismo periodo de 2001, según la concejal de Obras, Elena Utrilla. De enero a marzo de 2001, las empresas de servicios -como Iberdrola, Madritel o Gas Natural- abrieron en Madrid 352 zanjas. En el mismo periodo de este año la cifra ha bajado hasta las 245 canalizaciones. El Consistorio ha iniciado en ese trimestre 324 expedientes a empresas. Sin embargo, PSOE e IU consideran que sigue sin haber un control municipal sobre las obras.
La mejora, según la edil Utrilla, se debe a las medidas de control y vigilancia de las canalizaciones en las calles que el Ayuntamiento puso en marcha el pasado enero. 'Desde principios de año hemos puesto inspectores en las calles, que vigilan a diario a las empresas de servicios que acometen zanjas para que abran y cierren a tiempo las obras y no se pasen de los plazos que tienen que cumplir', explica la concejal de Obras. El plan de control incluye cupos por distritos, de manera que el Ayuntamiento no concede nuevas licencias para abrir zanjas mientras la empresa no cierre las que tiene abiertas.
Desde enero de este año, la concejalía de Obras ha realizado 10.870 inspecciones y ha iniciado 324 expedientes a las empresas de servicios por 'irregularidades' en la apertura de zanjas. El total de las sanciones a las empresas infractoras ascendería a 1.343.100 euros, según fuentes de la concejalía.
Pero, según el PSOE e IU, la disminución en el número de zanjas no significa que la situación de las obras en la capital haya mejorado. 'Lo único que significa es que el Ayuntamiento ha dado menos licencias de aperturas, pero esta medida es inocua y el descontrol es el mismo', denuncia la edil socialista Marta Rodríguez-Tarduchy.
Los grupos municipales del PSOE e IU sostienen que el descenso en el número de zanjas abiertas en los tres primeros meses de este año 'no se ha notado en las calles de la capital'. 'Los vecinos no han detectado ninguna mejoría en las continuas obras que tienen que sufrir', denuncia el concejal de IU Justo Calcerrada. Para la edil socialista Marta Rodríguez-Tarduchy, el hecho de que, según los datos del Consistorio madrileño, hayan disminuido las zanjas 'puede deberse a una decisión arbitraria de la Concejalía de Obras, que ha dado menos licencias, y no tiene nada que ver con las necesidades de la capital'.
La responsable de esa concejalía, Elena Utrilla, considera, en cambio, que la labor de los inspectores que comunican a las empresas que acometen las zanjas el resultado de las inspecciones sí que está teniendo repercusión en el aspecto de las calles. 'Ahora las zanjas están más controladas, y los vecinos están informados de qué tipo de obra se está realizando en su calle', asegura Utrilla. 'El problema siguen siendo las averías, que son totalmente imprevisibles y que suponen la mitad de las aperturas', agrega la edil. En los tres primeros meses de 2002 se han tenido que abrir 2.571 zanjas para reparar averías.
Además de este plan de vigilancia puesto en marcha al inicio del año, el próximo mes de mayo entrará en vigor una ordenanza municipal que regulará las obras en la calle, y que tiene el objetivo de acabar con la profusión de zanjas y agujeros en la vía pública que martirizan a los vecinos. La ordenanza vigilará sobre todo que una misma calle no sea levantada dos o tres veces en el mismo año, cada vez por parte de una empresa diferente. El Gobierno municipal espera que con esta ordenanza -que previsiblemente será aprobada en el pleno del próximo mes de abril- terminen las numerosas quejas que recibe de los residentes sobre este asunto.
Informar al Ayuntamiento
La nueva norma obligará a la empresa que pretenda abrir una zanja a que certifique por escrito al Ayuntamiento que ya ha contactado con las otras empresas interesadas en hacer obras en esa misma zona, a fin de que todas aprovechen un único agujero. Si no lo hace, ya no podrá implantar sus servicios en esa calle hasta tres años después. En Madrid abren zanjas 21 empresas de servicios.
'No hacía falta sacar esta nueva ordenanza, simplemente bastaría con hacer cumplir la actual. Lo único que añade la nueva norma respecto a la que hay ahora es que se adapta a la Ley del Suelo regional', afirma Rodríguez-Tarduchy. Y añade: 'Lo más grave sigue siendo la falta de coordinación entre las empresas que tienen que horadar el suelo'.
Calcerrada considera que lo que la nueva ordenanza tiene que conseguir es que los vecinos estén informados de la obra que se acomete en su calle y que las empresas 'mejoren su actitud a la hora de abrir y cerrar las zanjas'. 'Lo que habrá que ver ahora es si el Ayuntamiento se atreve a sancionar, si no cumplen la ordenanza, a los grandes monopolios que actúan en Madrid', indica el concejal de IU.
Soluciones alternativas al caos
Las obras en la capital han sido siempre motivo principal de las quejas vecinales. Desde la llegada en los últimos años de las nuevas compañías de telecomunicaciones, para muchos residentes las calles se han convertido en una auténtica carrera de obstáculos. A veces, las zanjas no son muy llamativas, pero sí molestas, sobre todo para las personas mayores y para los discapacitados físicos. Muchas personas han visto cómo por meter el pie en uno de los agujeros se han encontrado con una rotura de pierna o de brazo. Recientemente, los tribunales han obligado al Ayuntamiento a indemnizar a una mujer que sufrió una lesión por caerse en una zanja al salir de su coche. Los distritos de Tetuán, Puente de Vallecas, Chamartín y Centro han sido los más afectados por la apertura de zanjas en los últimos dos años. Aunque la Concejalía de Obras justifica la mayoría de ellas por las averías en las conducciones, esta explicación, muchas veces, no convence a los residentes de los barrios, a los comerciantes o a los automovilistas. En cambio, las empresas de servicios afirman que, en muchas ocasiones, es necesario abrir zanjas en las calles para conducir los cables por el suelo. El municipio cobra a las empresas de servicios, a cambio de la licencia para abrir una calle, el 8% del volumen de la obra (reflejado en el presupuesto que se presenta para obtener el permiso), además de 15,9 euros por metro cuadrado. Además de ordenanzas, sanciones y planes de vigilancia municipales, hay gente que ha propuesto otras ideas para intentar evitar la profusión de agujeros. La Asociación Ibérica de Tecnología sin Zanja- integrada por constructoras, empresas de maquinaria y licenciados en ingeniería- propuso en noviembre del año pasado al Ayuntamiento de Madrid un sistema alternativo de obras para evitar la proliferación de zanjas en la ciudad. Este sistema consiste en un topo metálico que horada el subsuelo sin necesidad de abrir calas en las aceras. Primero se abre un agujero de la obra, se introduce a continuación el ingenio mecánico y se lo dirige hacia el final del tajo.
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