Panizzi cierra con nota una brillante actuación

Al final, todo transcurrió según lo previsto. La comarca de Osona fue invadida literalmente por un alud de coches de todas las nacionalidades y muchos ciudadanos de la zona vieron alterada por completo su rutina cotidiana. La tercera y última etapa del Rally Cataluña se desarrolló sin problemas en los tramos porque las zonas cronometradas fueron acotadas la noche anterior. Pero esta brillante medida, a nivel deportivo, y la poca capacidad de diálogo de algunos controles dejaron a varios restaurantes de la zona con las mesas preparadas, pero sin su clientela.

Deportivamente, el panorama del rally apenas cambió. Pocas veces una carrera había tenido un ganador tan incontestado. El dominio de Gilles Panizzi (Peugeot) en las primeras jornadas volvió a constatarse ayer en Osona y Les Guilleríes. El francés ganó dos nuevos tramos (las segundas pasadas por La Trona y La Roca) y elevó su total a 11 victorias en las 15 especiales que configuraron la carrera. Intratable. Fue su segundo triunfo consecutivo en el Mundial, tras haberse impuesto en Córcega, y el quinto de su carrera, tras los de San Remo 2000 y 2001 y Córcega 2000 y 2002.

Después de cuatro pruebas del campeonato, el dominio de Peugeot sobre el asfalto comienza a ser preocupante. La marca francesa hizo doblete en Suecia (Gronholm y Rovanpera), triplete en Córcega (Panizzi, Gronholm y Burns) y otro doblete en Lloret (Panizzi y Burns). Ayer, sólo Bugalski (Citroën), ganador en Cataluña en 1999, se metió en el último cajón del podio, cerrando el paso al tercer hombre de Peugeot, el finlandés Marcus Gronholm. En tierra todo debe cambiar.

En la última etapa, por fin Chus Puras logró poner a punto su Citroën y ganó incluso el tramo de La Roca, en el que el francés Sebastien Loeb (Citroën), cuarto entonces, sufrió un vuelco.

La mayor satisfacción española la ofreció la promesa Daniel Solà, que ganó la prueba júnior y está a un punto del líder de este Mundial, François Duval.