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Entrevista:MIGUEL ARIAS CAÑETE | Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación

'Ser ministro tiene muy buenos ratos'

Pregunta. O sea, que usted no cumple los plazos del programa electoral. Es el ministro que peor hace los deberes.

Respuesta. No, no, no. Yo progreso adecuadamente. Tengo el 50% ya hecho en dos años.

P. Están pendientes las leyes de Alimentación y del Vino. Con lo que le gustan ambas cosas.

R. Es que son muy complicadas. Tengo a todos los consejos reguladores en pie de guerra, y debo apaciguarlos antes de mandar la ley a las Cortes.

P. No se ha atrevido a empezar por sus sectores favoritos.

R. No, no. Se me vería mucho el plumero.

P. Con la Ley del Vino no barrerá para casa, en su condición de Domecq consorte.

R. No, no. Tendré presente desde el albariño hasta el rioja.

P. Vacas locas, problema pesquero con Marruecos, flecos del fraude del lino. ¿Es gafe o le ha tocado bailar con la más fea?

R. La más fea, sin duda. La más fea ha sido lo de Marruecos. Quedarme con 400 barcos y 4.000 pescadores parados.

P. ¿A quién le cortaría un traje de lino?

R. A Bono. Él sabe perfectamente por qué.

P. ¿Cómo logró que no le perjudicaran los conflictos por sus negocietes privados?

R. No sé si me han perjudicado o no. Lo que sé es que no tenía ningún negociete.

P. Tiene fama de dialogante. ¿Dialoga por huevos, como dijo que se aprobaría el Plan Hidrológico?

R. No, yo dialogo por horas. Creo que soy el ministro que más convenios ha firmado con las autonomías.

P. 'El regadío hay que utilizarlo como a las mujeres: con mucho cuidado, que le pueden perder a uno'. ¿Ha dicho algo más borde y machista?

R. No dije utilizar, dije tratar, y no creo que fuera machista. Ha habido casos en la historia de hombres que han perdido la cabeza por una mujer. Y el regadío le puede hacer perder la cabeza a un agricultor.

P. ¿En el Gobierno no le han aconsejado un bozalillo, con lo suelto de verbo que es?

R. Me callo muchas cosas. Creo que soy bastante prudente.

P. ¿Ser señorito andaluz habiendo nacido en Madrid requiere un entrenamiento especial?

R. Yo creo que no soy señorito andaluz. Mis aficiones son más bien madrileñas, como los automóviles. La tengo desde los cinco años.

P. ¿Por qué dice que conviene ocultarle al presidente que uno corre en el Jarama?

R. Porque al jefe le gusta que sus ministros no corran riesgos.

P. ¿Aznar suelta al Gabinete tantos coñazos como a los europarlamentarios?

R. No. Sus intervenciones son siempre muy interesantes.

P. ¿Le molesta no sonar entre sus sucesores, con lo que usted vale?

R. Eso de ser sucesor es más expuesto que ser figura del toreo.

P. ¿Qué tienen Rajoy, Rato o Mayor Oreja que a usted le falte?

R. [Piensa] Más experiencia en el Gobierno [risas].

P. Por ahora, ni presidente del Gobierno ni alcalde de Jerez. ¿Y candidato a la Junta?

R. No, no, no. Hay mujeres extraordinarias ejerciendo esa candidatura. Y donde hay mujer no manda marinero.

P. ¿Cuál es su ministro preferido?

R. A mí me caen todos estupendamente. Pero el que cuenta mejores chistes es el ministro de Trabajo.

P. ¿Por qué sus amigos temen tanto sus guisos?

R. Porque mancho mucho en la cocina.

P. ¿Escribir libros de Derecho Tributario es lo más divertido que sabe hacer?

R. No. Estoy haciendo algún libro de humor. Para cuando deje de ser ministro.

P. Si Aznar le llama en medio de una buena comida...

R. Me levanto.

P. ¿En primera posición de saludo?

R. No. Mientras cojo el móvil con la mano.

P. ¿Cree que les cundió a sus padres mandarle a los jesuitas?

R. Imprime carácter, como el bautismo.

P. Dicen que se mete en dietas draconianas y que a los tres meses se le olvidan.

R. Lo que pasa es que, como ministro de Agricultura, tengo que ir a todas las ferias y probarlo todo. Y, aunque voy a diario al gimnasio, a duras penas logro contrarrestar las magníficas aportaciones que los alimentos de España realizan en mi figura.

P. ¿Ser ministro es lo mejor que le ha pasado en la vida?

R. Me han pasado muchas cosas mucho mejores. Pero ser ministro tiene muy buenos ratos.

Miguel Arias Cañete, fotografiado el viernes en Madrid.
Miguel Arias Cañete, fotografiado el viernes en Madrid.RICARDO GUTIÉRREZ

PERFIL

Con 52 años y tres hijos, muere por los coches antiguos, corre en rallies, se relaja 'conduciendo en carreteras de tierra' y se dice gran organizador de juegos para niños. No se permite media broma al hablar de José María Aznar. Ser ministro le parece 'apasionante'. Pero le mortifica no haber alcanzado su gran meta: ser alcalde de Jerez

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