Un proyecto humanitario marca la nueva etapa de 'Al filo de lo imposible'
Ayer partió hacia Nepal una nueva expedición de Al filo de lo imposible con el empeño de conquistar el pilar oeste del Makalu, la quinta montaña más alta del planeta (8.463 metros). Un hito que ya intentó en 1989 Juan Oiarzabal, el expedicionario más célebre del espacio, y que entonces 'subía corriendo', aunque se quedó a ocho metros de la cumbre por falta de clavos y cuerda.
El equipo de aventureros de TVE dirigidos por Sebastián Álvaro ha diseñado para 2002 un programa que incluye el descenso del río Futaleufú (Chile), 'el mejor río de aguas bravas del mundo'; la exploración del cañón del Yarlung Tsangpo, en Tíbet, y el espeleobuceo en Fuentona de Muriel, Soria, entre otros retos.
'César venció a los galos. ¿No llevaba siquiera consigo un cocinero?'. Álvaro evoca los versos de Bertolt Brecht para justificar la iniciativa que Al filo... ha puesto en marcha en Hushé (Pakistán), aldea de porteadores a los que el programa quiere devolver en forma de proyecto de desarrollo educativo, sanitario y agrícola parte de los 15 años de colaboración en las expediciones al Karakorum.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.