La juez decana de Marbella, María Luisa de la Hera, solicita el traslado a los Juzgados de Málaga

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha dado el visto bueno a la petición de traslado a un juzgado de Málaga de la actual decana de Marbella, María Luisa de la Hera, según indicaron fuentes judiciales. Con esta magistrada ya son cinco los jueces que cambian de destino desde que en octubre de 2000 abandonase la ciudad el instructor del caso Atlético, Santiago Torres. La marcha de María Luisa de la Hera, que será sustituida en el decanato por Blanca Esther Díez, no será oficial hasta el mes de abril.

Pero esta juez no es la única que ha solicitado el traslado en los últimos meses. También la titular del Juzgado número 3, María José Rivas, encargada de la instrucción del robo de sumarios, se ha pronunciado en el mismo sentido, y entre un 25% y un 35% de los funcionarios pidieron en diciembre su traslado a otras sedes judiciales menos conflictivas.

Lo cierto es que tanto los jueces como funcionarios judiciales parecen buscar ciudades menos problemáticas en las que desarrollar su trabajo con más tranquilidad. El gran volumen y complejidad de los litigios, la falta de medios y las enormes presiones de que son objeto son sin duda el motivo de que los magistrados no deseen demorarse en Marbella más de lo necesario. Incluso los ordenadores parecen aliarse contra los funcionarios judiciales, y han permanecido estropeados dos días esta semana sin que se pudiera proveer ninguna clase de documento.

El robo el pasado verano de sumarios relacionados con Jesús Gil ha agravado la situación, ya de por sí difícil. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) envió a cuatro magistrados de refuerzo a la ciudad para agilizar asuntos y reconstruir los sumarios desaparecidos, que ayer tarde concluyeron su trabajo en Marbella.

Los jueces Julio Ruiz Rico, María Jesús Alarcón, Pedro Molero y Manuel Caballero Bonald (todos ellos titulares de juzgados de instrucción de Málaga) han acudido cada tarde a la sede judicial marbellí, desde que en septiembre se les asignó esta tarea en comisión especial de servicios. Durante estos seis meses los magistrados han logrado reconstruir todos y cada uno de los casos que desaparecieron entre los meses de julio y agosto de los Juzgados 1, 5 y 7, pese a las trabas formuladas por la defensa de Jesús Gil.

Y mientras tanto, las vacantes se van cubriendo. Los juzgados números 4 y 5 ya cuentan con nuevos titulares, Fuensanta López Ávalo y Marina del Río Fernández. De los siete jueces que encontró Gil cuando llegó a la alcaldía en 1991 sólo queda Blanca Esther Díez, que en 1993 denunció una trama de corrupción judicial en la que implicó al padre de su compañera Pilar Ramírez, a la que en enero de 2000 el Poder Judicial apartó de la carrera.