Arte, música y videojuegos

Los creadores del videojuego REZ se inspiraron en el pintor Kandinsky para desarrollar una idea en la que se mezcla la música, el arte y los videojuegos. United Games Artists y su director, Tetsuya Mizuguchi, proponen al jugador introducirse en el ciberespacio con el objetivo de encontrar a Eden, un ordenador central con un nuevo sistema llamado Proyecto K. Este ordenador posee inteligencia propia y, debido a la gran cantidad de datos que almacena, empieza a sentir emociones y se desconecta a sí mismo cuando comprueba su absurda existencia.

Con la pregunta ¿qué yace en el oscuro final de esta red? REZ invita al jugador a convertirse en un pirata informático para intentar despertar a Eden pirateando los cortafuegos invadidos por los diferentes virus. La manera de conseguir ese objetivo es acabando con todos los enemigos digitales que aparezcan en pantalla.

El jugador viajará a través de una especie de túnel de neón que simula una red informática, por la que navegarán todo tipo de elementos voladores que deberán ser destruidos, antes de que dañen al personaje que conduce el usuario. Los jugadores dispararán a los enemigos para crear unos sonidos esenciales que irán multiplicándose creando un ritmo. Estos ritmos, a su vez, cambiarán los gráficos que aparecen en REZ. Así, el propio jugador irá fabricando un tema musical y visual totalmente original.

Tetsuya Mizuguchi, creador de REZ, relata que con el juego buscaba aplicar el concepto de arte de Kandinsky, concretamente buscaba la sinestesia por la que una parte del cuerpo humano reacciona a consecuencia de un estímulo aplicado en otra parte del mismo cuerpo. Kandinsky intercambiaba sensaciones y Mizuguchi busca, por ejemplo, mezclar la música del juego con la vibración del mando de control.

Además de consideraciones artísticas, REZ también conserva los elementos más básicos de los juegos de acción, es decir, en la rapidez de los reflejos del jugador radica el éxito. Los enemigos digitales irán dejando regalos que permitirán pasar niveles o conseguir disparos simultáneos. El resultado es un juego un tanto extraño en el que se mezcla la acción de los antiguos matamarcianos, con la música y los gráficos, para crear una experiencia artística.