Safiya: 'Me han condenado porque soy una mujer pobre'
El tribunal islámico aplaza su fallo sobre la lapidación de la nigeriana acusada de adulterio
Safiya Hussaini, la nigeriana condenada a muerte por adulterio, tendrá que esperar al lunes próximo para saber si entierran su cuerpo a la altura del pecho y, en cumplimiento de la más estricta interpretación de la sharia (la ley islámica), la apedrean hasta matarla. El tribunal islámico que ayer revisó su caso decidió, tras escuchar a la defensa y a la acusación, aplazar su fallo. Arropada por una gran campaña internacional de solidaridad, Safiya, analfabeta de 35 años, acudió a la vista de apelación con su hija. 'Otros han cometido crímenes peores, pero no han sido castigados. A mí me han condenado porque soy una mujer pobre y vengo de un pueblo pobre', dijo. En la vista, su hija Adama -la principal prueba de cargo- rompió a llorar.
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