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Entrevista:Marianne Faithfull | MUSICA

'Los músicos de hoy no son esos atemorizados misóginos de antes'

Su estrella pudo haberse apagado en algún sucio callejón de esos donde fue a parar en los años setenta enganchada a la heroína. Pero fue sólo un doloroso eclipse del que pudo salir. Pocos años antes, en 1964, Marianne Faithfull había vagado por las glamurosas cimas del rock con su éxito As tears goes by y junto a su entonces novio, Mick Jagger. La autobiografía que publicó hace unos años (Circe, 1995) es un elocuente testimonio, de los más auténticos, duros y veraces, de una vida pautada por el eslogan de 'sexo, drogas y rock and roll'. Su retorno discográfico en los ochenta, con una voz ronca y quebrada, la llevó desde el rock hi-tech hasta el jazz, el blues o el cabaré de Kurt Weill. Ahora se hace acompañar por algunos de los más brillantes músicos de la escena contemporánea.

PREGUNTA. ¿Cómo surgió la colaboración con estos músicos que representan buena parte de la inteligentsia del pop actual?

RESPUESTA. Fue idea mía. Desde hace tiempo pensaba que le estaba dando a los productores mucho dinero y poder sin que llegaran a lograr lo que yo realmente quería. Además, yo llevo toda una vida colaborando con otros artistas. Es lo que sé hacer, ya que no toco ningún instrumento y además lo hago conscientemente. Si tocara algo quizá no necesitaría nunca a otros, cosa que empequeñecería mucho mi vida. Ahora sé que los que he escogido son algo realmente deslumbrante.

P. A pesar de las diferencias entre los colaboradores Kissin time tiene coherencia.

R. Eso es algo que me preocupaba mucho. Mi única preocupación, en realidad. Temía que pudiera sonar un conjunto de piezas inconexas. Todos me decían que no debía angustiarme porque lo que daba coherencia a todo el trabajo era yo. Y cuando por fin recibí el disco respiré tranquila.

P. Además esa coherencia no la da sólo su voz, sino el contenido, las letras de las canciones.

R. Digamos que no son idiotas. Son realmente brillantes, comprometidas e inteligentes. Son auténticos músicos. Ha habido una notable evolución entre las estrellas de rock. Ahora son más centrados, trabajan muy duro, saben lo que quieren, no son esos atemorizados hombres misóginos de antes.

P. Es un álbum, además, con mucho aire de mujer.

R. Es algo que viene mucho de mí, pero también de la canción dedicada a Nico. Yo no la conocí, pero sé que tenía mucho talento y sentí que alguien debía decirlo en voz alta. Durante un tiempo pensé que debía hacerlo alguien que la hubiera conocido. Sé que John Cale le ha dedicado preciosas canciones, aunque yo seguía pensando que el mejor sería Lou (Reed). Al final me di cuenta de que debía ser yo quien la escribiera. Quizá precisamente porque no la conocí.

P. ¿Tal vez porque se sentía identificada con ella?

R. No mucho, en realidad. Sólo un poco. Entiendo perfectamente su frustración y su furia, no ser reconocida, no ser aceptada, el no ser considerada como una verdadera música, porque ella lo era realmente. Brillante. Pero la canción va más hacia el contraste que a las similitudes. Yo tuve unos padres que me quisieron mucho. Tuve una educación excelente, aunque no teníamos dinero. Llegué a Londres a los 17 años, con un sentimiento de frustración, y en mi primera fiesta conocí a Keith (Richards), Mick (Jagger) y a Andrew (Loog Odlham, mánager de los Rolling Stones). Y todos me trataron como a una reina. He tenido mucha suerte en la vida. Los problemas me los busqué yo sola. Nico tuvo una vida trágica, tuvo muy mala suerte, sin merecerla.

P. Usted hace referencia en la canción a la 'pérdida de la inocencia'.

R. Yo no la conocí y no sé si nunca la tuvo o nunca la perdió. Me inclino a pensar que nunca la perdió. Conozco a muchos músicos, hombres y mujeres, y una de las cosas que tienen en común es cierta cualidad infantil. Nunca terminan de hacerse adultos. Y eso es parte del proceso artístico.

P. También está esta canción, Sliding through life on charm (Deslizándose a través de la vida con encanto), sobre su propia vida.

R. En realidad hay otras dos canciones sobre mi vida en el disco. Like been born, que es la primera canción de amor que escribo. Mis padres tenían una relación muy intensa y a ellos dedico la primera parte de la canción. La segunda se la dedico a mi amante. La otra canción que trata sobre mí y que he escrito también es I'm on fire. Sliding through life on charm la escribió Jarvis Cocker (de Pulp), yo sólo le di el título.

P. Pero está basada en su autobiografía que, por cierto, es una auténtica joya del género. Un relato crudo, realista y sin autojustificaciones.

R. Sí, yo también pienso que es muy buena. Creo que es por la forma en que estoy hecha. Soy capricornio y siempre prefiero ver las cosas tal como son. El título es un juego irónico. En realidad es una burla y dice todo lo contrario de lo que pienso. Yo no llegué a este punto de la vida con mi charme. Es una broma, es lo opuesto. Lo que hice fue darle a Jarvis el título de una canción que quise escribir durante veinte años. Creo que es un buen título. No podía con las rimas, gracias a mi jodida educación clásica. Hasta que me harté y me dije ya sé quién puede hacerlo. Me lo encontré en un set de televisión y literalmente lo cogí de la manga -somos muy amigos- y le dije: 'Jarvis, si te doy el título, ¿escribirías una canción para mí?'. Y me contestó muy lacónico y muy sexy: 'Cuál es ese título'. Se lo dije y me contestó: '¿Alguna otra información?'. 'No', le contesté. Tres años después recibí un paquete en mi casa con una demo y la letra escrita en el reverso. Y sólo cuando grabamos la canción me dijo que lo que había hecho era leer mi libro. Y de ahí salió el tema. Es una obra maestra. Dice cosas que yo pienso, pero que me daba demasiado miedo expresar.

Marianne Faithfull
Marianne FaithfullMARY MCCARTNEY DONADL

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