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Veinte familias afectadas por un incendio en Aranjuez son realojadas en dos hoteles y en el cámping municipal

Veinte familias afectadas por el incendio que el pasado miércoles arrasó una corrala del siglo XVIII en Aranjuez continúan realojadas por el Ayuntamiento en el acampamiento municipal Soto del Castillo y en dos hoteles de la localidad. La alcaldesa en funciones, María Teresa Suárez, se entrevistó ayer con estas familias para evaluar las medidas a adoptar y les ofreció ropa y comida. 'No vamos a permitir que nadie se quede en la calle. Primero hay que estudiar si se puede o no rehabilitar el inmueble, y mientras tanto se les atenderá a todos', explicó.

Mientras, la Policía Judicial investiga las causas del siniestro, que se originó en una buhardilla del inmueble que en ese momento estaba deshabitada. El comisario Julio Laguna reconoció que las causas del incendio están poco claras y que la investigación será lenta. 'El propietario de la buhardilla ha declarado que no se encontraba allí cuando se originó el incendio y que llevaba más de un mes sin habitar esa casa. También aseguró que era imposible un cortocircuito, porque la electricidad estaba cortada. Habrá que investigar detenidamente todos los indicios', dijo.

Aunque durante la primera noche el desalojo afectó a unas cien familias -todas las que vivían en la misma manzana-, la mayoría de ellas volvió en la mañana de ayer a su hogar. El resto -las 20 que habitaban la corrala- esperaban aún en la calle mientras varias dotaciones de bomberos apagaban los últimos focos del incendio y procedían al desescombro.

El edificio sigue en pie, aunque con la cubierta, el ático y la última planta totalmente calcinados. 'Yo espero que no lo tiren. Es un edificio muy bonito de más de 200 años y venía mucha gente a verlo. Espero que el Ayuntamiento o alguna Administración nos conceda algún tipo de subvención para poder reconstruirlo', declaró un vecino. Juan, otro residente, esperaba en la calle junto a su novia. Hacía poco que habían terminado de montar su hogar. 'Me llamaron a mi trabajo, porque mi novia tampoco había llegado aún a casa. Cuando acudimos nos encontramos con todo el piso ardiendo. No se ha salvado nada', se lamentó. Juan estaba ayer a la espera de reunirse con los servicios municipales. Él y su novia habían pasado la noche cada uno en casa de sus padres. Ahora piden que se les facilite una vivienda.

Otra vecina contaba el miedo que había pasado cuando ella y su marido olieron el humo y vieron cómo las llamas se extendían rápidamente por el viento. Esta afectada contó que el Ayuhtamiento les ha ofrecido un hotel y un restaurante hasta que se decida qué se va a hacer con todos los vecinos.

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