Toca sufrir en Turquía
La afición apoyó al máximo a los azulgrana y sólo al final mostró su enfado por el mal juego
Nadie podrá criticar a la afición, que anoche hizo lo nunca visto: ahogó los cánticos de los 3.000 ruidosos hinchas ingleses, que sólo se oyeron cuando el partido acabó. Charly había pedido un último esfuerzo a la gente porque en cuatro días le iba todo el año. Y el público, ignorando todos los desencantos y los posibles atascos generados por la cumbre europea, le hizo caso. El Camp Nou no se llenó, pero registró una de las mejores entradas de la temporada. Sin embargo, se produjo un mal presagio: no hubo mosaico y sólo unas pequeñas banderas azulgrana que se agitaron cuando aparecieron en el palco el Rey y los duques de Palma. No hubo el menor reproche porque la Liga casi ya se ha ido y sólo se vieron pancartas en contra del trasvase del Ebro, otra de Freedom for Catalonia y una de elogio a Rivaldo.
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