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Condenados dos monitores y un vigilante por abuso de menores

El Juzgado número 1 de Jaén ha condenado a dos monitores y a un vigilante a dos años de prisión por abusar sexualmente de chicas menores de edad que acudieron a un campamento de verano en Linares (Jaén). Sólo uno de ellos llevó a la práctica tocamientos, según recoge la sentencia, pero los otros dos actuaron de 'cooperadores necesarios' impidiendo a las menores salir del dormitorio e intimidándolas.

Los condenados son José Antonio F. R., Antonio P. G. y Antonio M. C. Tienen que indemnizar también a dos jóvenes con 300 euros por los daños sufridos, mientras que se ha establecido la responsabilidad civil subsidiaria en la empresa pública Deporte Andaluz, que organizaba el campamento.

La sentencia indica que en la madrugada del día 29 de marzo del año 2000, durante el campamento juvenil de La Garza, los monitores José Antonio F. R. y Antonio P. G. entraron en la cabaña que ocupaban niñas, procedentes de Cádiz y de entre 13 y 15 años de edad.

Los acusados entraron 'en plan festivo' junto al vigilante jurado Antonio M. C. cuando las jóvenes ya estaban acostadas en las camas o hablando en grupos. Los monitores se acostaron con ellas. Dos de las menores rechazaron los tocamientos de José Antonio F., mientras una joven accedió a mantener contacto sexual.

Encerradas

Mientras el monitor permanecía con la menor, 'los otros dos acusados se encontraban presentes y contribuyeron a crear un clima de miedo, intimidación y superioridad, ya que no dejaban a las niñas salir de la cabaña'. Antonio P. G. las intimidaba, prosigue la sentencia, con expresiones insultantes y vejatorias 'como que de mayores sólo servirían para ser gogos o putas'.

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Los tres acusados, durante la celebración del juicio oral, aseguraron que eran inocentes. Su defensa se basó en que había contradicciones en las declaraciones de las menores. La sentencia, sin embargo, asegura que lo importante es que el testimonio de todas coincidía en lo esencial 'ofreciendo detalles coincidentes'.

Los monitores entraron más de una vez en la cabaña a lo largo de la noche. 'No dejaron que las niñas salieran de la cabaña, Antonio P. G. profería insultos contra ellas con el fin de aumentar la sensación de debilidad y de humillación de las víctimas, golpearon y rompieron una cama y amenazaron a las que contaran lo sucedido esa noche', prosigue el texto del juzgado.

La sentencia considera que ha habido un delito continuado de abusos sexuales. Los 'tocamientos libidinosos' se realizaron contra dos menores que no consintieron y hacia una que supuestamente lo aceptó. Sin embargo, el tribunal apunta que aunque en un caso no hubiese resistencia de la menor, se trata de un 'consentimiento viciado' al no producirse una relación sexual en plano de igualdad 'sino aprovechándose el acusado de su situación de prevalencia y de la ascendencia sobre la menor, que entonces tenía 14 años'.

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