Las mujeres mandan en la cartelera

El pasado viernes 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, se estrenó en el teatro Albéniz un mítico texto en el que todos sus personajes son mujeres y sus dos protagonistas pertenecen a una de las clases trabajadoras más desprotegidas en el campo laboral femenino. Se trata de Las criadas, de Jean Genet, una obra en la que su autor escarba en lo más profundo del alma femenina, en lo más íntimo de la condición humana. Pero lo curioso es que este montaje viene a redundar en algo que está pasando hace tiempo en el ámbito teatral madrileño. La presencia, rotunda, mayoritaria e incuestionable, de la mujer en los escenarios de la ciudad.

En el caso mencionado son Aitana Sánchez Gijón, Emma Suárez y Maru Valdivielso las oficiantes. Pero encontramos otros muchos títulos y nombres míticos de la escena al frente de ellos, como los de Amparo Rivelles, Ana Belén, María Jesús Valdés, Nacha Guevara, Cayetana Guillén Cuervo, Rita Siriaka, Victoria Vera, e incluso pioneras que salieron hace tiempo del armario con todo lo puesto, como es Shangay Lily.

La mayoría de los galardones de la Unión de Actores ha ido a parar a las féminas

No es una coincidencia en el espacio y el tiempo lo del poderío femenino en los teatros de Madrid. Es algo que va más allá, a pesar de que tradicionalmente las actrices acusan el golpe de que para ellas no hay tantos papeles lucidos como para hombres. Eso es objetivamente cierto desde hace años, pero son ellas las que arrasan. Buena prueba de lo expuesto es lo que ocurrió el pasado lunes en la gala de entrega de los premios de la Unión de Actores. Unos galardones que votan entre todos los actores a aquellos profesionales (estén o no afiliados a este sindicato, el mayor de toda España) que hayan destacado por un trabajo realizado el año anterior, sin distinción de categoría femenina o masculina.

Pues recayeron prácticamente todos en mujeres y no en hombres, ya que las premiadas fueron Pilar López de Ayala, Alicia Borrachero, Elena Anaya, Rosa María Sardá, Ana Frau, Paloma Paso Jardiel, María Galiana y Alicia Hermida; todo ello sin ignorar que el premio a toda una vida fue para Adolfo Marsillach -admirador como pocos del mundo de la mujer-, y el de protagonista teatral, para Helio Pedregal -que se lo dedicó a su mujer, también teatrera, Begoña Valle-.

Mirando por encima la cartelera madrileña, y sin apenas pararse en muchos e interesantes espectáculos que están en las salas alternativas y que vendrían a corroborar esta teoría, nos encontramos también a muchas merecedoras aspirantes a esos mismos premios, pero del año que viene.

Las más recientes son las afamadas Emma Suárez, Aitana Sánchez Gijón y Maru Valdivielso, en ese atractivo montaje que Mario Gas ha realizado del mítico texto de Jean Genet, y del que ha respetado la versión original. Pero les ha salido un off que se espera con expectación, ya que el jueves que viene se estrena Las criadas (Las otras), también basado en el original, pero con ligeras variantes que ha introducido su director, Gabriel Chamé Buendía (le vimos por aquí como payaso del Cirque du Soleil), y con la participación actoral de Rosa Sáez y Silvia Gatón, como sirvientas, y Pepa India, como señora. Llegan a las sesiones golfas del teatro Arlequín, y como si del mismísimo Genet se tratara, ellas-él tienen un prólogo a su obra: 'Fuimos a la Sociedad de Autores para pedir los derechos y le dijimos a la tía: 'Eh, queremos hacer Las Criadas Integrales, como el pan'. Y ella va y dice: 'Ah, no, no, no se puede. Tiene que ser Las Criadas, a secas'. Y nosotras: 'Seca, tú'. Y ella: 'Pues no tenéis derecho'. Y nosotras: 'A ti te vamos a poner derecha'. Y le dimos unas bofetadas y otras... y acabamos en la cárcel... y después de vomitar nos fugamos y montamos la obra, la otra... Y ahora estamos en el Arlequín y nos hacemos pasar por otras para despistar a la policía'. Total, que han montado la famosa obra de Genet desde la perspectiva del humor: 'Nuestro montaje ofrece una versión alegre, irreverente y distinta de esta conocida tragedia de Genet'.

También en tono de humor y analizando diversas cuestiones de los bajos fondos tenemos en el mismo teatro, pero a horas más habituales, a la compañía Carácter con Los monólogos de la vagina, de Eve Ensler, dirigido por Antonia García y con interpretación de Maite Merino y Magdalena Broto. Más humor aún nos llega de la mano de los Monólogos feministas para una diva, que en Ensayo 100 presenta Shangay Lily, bajo la dirección de Manu Berasategui. En realidad, unos antimonólogos en los que el humor sirve para deconstruir una manipuladora interpretación de la realidad, 'donde las mujeres, los homosexuales, los emigrantes... cualquier desviación de la norma es demonizada'.

No hay que olvidar que después de la visita madrileña de la actriz canadiense Sophie Faucher, interpretando a Frida Kalho bajo las órdenes del mítico director Robert Lepage, nos queda otra Frida en nuestros escenarios. La que ofrece, concebida como un pequeño exvoto escénico, el Curro DT, tanto en su pequeño espacio de la calle de la Reina como en la Sala Mirador, con el título de Frida.

Otro monólogo con mujer al frente -nada menos que María Jesús Valdés- también está teniendo mucho y merecidísimo éxito en este invierno escénico: Carta de amor, de Fernando Arrabal, con dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente, en el Museo Reina Sofía.

De auténtico impacto se puede calificar el trabajo que el director valenciano Santiago Sánchez ha realizado con el texto de Kay Hadshead La mujer invisible, que interpreta la actriz de color Rita Siriaka en el Círculo de Bellas Artes.

El próximo miércoles estrenará en el teatro Calderón una de las mujeres que más fuerza tienen encima de un escenario: la actriz, cantante y bailarina argentina Nacha Guevara, que hará su estreno mundial de 60 años no es nada en nuestra ciudad, dejando claro que tiene una edad, pero que no está dispuesta a renunciar a nada.

No hay que olvidar que aunque acompañadas de actores también hay otras actrices encabezando la cartelera de montajes en los que ellas brillan con luz propia. En el teatro de La Abadía, Ana Belén, con Defensa de dama, obra de Isabel Carmona y Joaquín Hinojosa, con dirección de José Luis Gómez, que gira en torno a los malos tratos y en la que la actriz echa el resto. En La Latina podemos ver a la siempre genial Amparo Rivelles en Paseando a Miss Daisy, de Alfred Uhry, con dirección de Luis Olmos. En el Marquina está La prueba, de David Auburn y dirección de Jaime Chávarri, con una Cayetana Guillén Cuervo cosechando un importante éxito. Y en el Fígaro, Victoria Vera se adentra en el humor de Mihura en La canasta.