De dosificación a chantaje
Roberto Carlos culpa ahora a su agente de su baja forma
Justo cuando el Bernabéu comenzó a pitarle -precisamente a él, el más popular entre la tribuna baja- Roberto Carlos descubrió su nuevo drama. 'Tengo problemas personales, mi representante me hace chantaje', dijo el sábado, después de repetir una pobre actuación ante el Villarreal. No es el único contratiempo 'personal' que alega en su descargo el brasileño desde que su nivel de juego ha bajado enteros. Lo cierto es que sus carreras por la banda, uno de los clásicos argumentos ofensivos del Madrid, ya no suman beneficios. Roberto Carlos sólo lleva un gol, en la 4ª jornada, y tres asistencias en esta Liga.
La extorsión y el secuestro psicológico es el último obstáculo que revela el brasileño para alcanzar su máximo potencial. Primero reclamó una mejora de contrato, el club le respondió que no estaba legitimado para exigirla; luego sufrió una tendinitis aguda en la rodilla derecha y se empeñó en jugar lesionado con Brasil en contra del informe de los médicos. Hace un mes confesó que no es que su rendimiento mermara, sino que él mismo intencionadamente se estaba dosificando, debido a la acumulación de partidos, para llegar en plena forma a la final de Copa. Pero el día del Centenario tampoco se vieron las mejores prestaciones del brasileño.
El pasado sábado, abrumado por los pitidos, una reacción de la grada a la que no estaba acostumbrado, Roberto Carlos alegó que vive una pesadilla que le impide jugar con alegría. Que su representante, Oliveira Junior, le ha estado sacando dinero a sus espaldas y que ahora, cuando le pide rescindir el contrato que los une, le reclama más de 60 millones de euros a modo de indemnización.
Fuentes cercanas al jugador explican que la relación que mantiene con su representante es de una sorprendente estrechez. Además de ostentar poderes universales y de hacer valer su firma como si fuera su representado, Oliveira es cotitular de diversas cuentas bancarias en el extranjero. La presunta sustracción inesperada de dinero que hizo el agente desató la última pelea. Dicen los amigos de Roberto Carlos que si el contacto entre ambos se ha mantenido, es, sobre todo, gracias a la voluntad de su esposa, verdadera administradora de los bienes familiares.
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