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Reportaje:CRISIS EN LA CUENCA MINERA ONUBENSE

Una mina machacada por la codicia

El paso de una multinacional por los yacimientos de Calañas ha dejado las instalaciones en un estado ruinoso

Alejandro Bolaños

La riqueza mineral que guarda la sierra onubense se convertían, en las intalaciones que la multinacional Navan tiene en Calañas (Huelva), en montañas de polvo parduzco, de concentrado de cinc, cobre o plomo. Esas montañas, que a veces crecen hasta medir 10 metros de altura y pesar miles de toneladas no están ahora en los almacenes, donde apenas quedan restos. 'De aquí se lo llevaron todo', muestra Rodrigo Blanco. La planta de flotación, una laberíntica estructura metálica donde se separan los metales, no es lugar para esas montañas parduzcas. Pero su nivel inferior está anegado por el concentrado molido, convertido en una espesa capa de fango por una lámina de agua que tampoco debería estar allí.

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La planta donde Rodrigo Blanco trabajaba hace apenas dos meses parece haber sido abandonada hace años. Una sensación inmensa de abandono que corre por las instalaciones que han gestionado en los últimos cuatro años los directivos de la multinacional de origen irlandés. Este complejo de almacenes, plantas de tratamieno y oficinas, donde más de 200 de trabajadores (370 en plantilla) procesaba las toneladas de mineral en bruto que se extraían de los yacimientos de Sotiel Coronada y Aguas Teñidas, debía ser un lugar bullicioso. Pero el 29 de noviembre, Blanco percibió que paraban el sistema de circulación de la planta. Luego llegó la suspensión de pagos, el expediente de regulación de empleo. Y el silencio.

En las instalaciones ahora sólo queda un pequeño grupo de mineros de CC OO, encerrados en protesta por tres mensualidades impagadas. Pero los interventores judiciales que, como ellos, han esperado en vano muchos días para reunirse con algún directivo que les diera respuestas -este periódico tampoco la obtuvo-, han revelado que los impagados eran muchos más. Y la deuda gigantesca.

Desde que Navan adquirió a la SEPI la mina, estatal hasta 1997, los trabajadores han vivido una situación paradójica. 'Cobramos siempre y no estuvimos ni un día en expediente de regulación de empleo', explica el administrativo Salvador Azogil, algo muy infrecuente en las compañías mineras. La multinacional trajo sus técnicos, el triple de los que había con la SEPI y los hizo acompañar de una decena de traductoras. 'Han tirado de visa a todo trapo, antes teníamos un director australiano que se iba casi cada fin de semana a su país, viven en chalets en la costa, iban a jugar al golf a Sotogrande', enumera Juan Bragado. Y los mineros coindicen en que sus conocimientos eran muy inferiores a los de los técnicos de la SEPI. 'Un jefe de turno irlandés que venía de África preguntó una vez extrañado si aquí no se pegaba a los trabajadores', rememora Blanco.

En los últimos tres años, los precios de los metales bajaron de forma brutal, pero Navan no dejó de forzar la máquina. La planta de flotación procesaba 120 toneladas por hora, cuando sólo está preparada para 80. Las averías y los atascos se multiplicaban pero apenas se ponían remiendos. No se compraban repuestos, se utilizaban los que dejó la SEPI.

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'Yo creo que siguieron pagándonos para evitar dar malas noticias y perjudicar el valor de sus acciones', señala Bragado. Otros aducen un pacto no escrito con la SEPI que obligababa a Navan a mantener la plantilla durante cuatro años. En noviembre, la situación se hizo insostenible. La multinacional decidió abandonar sus filiales españolas, hizo una ampliación de capital que dio al Deustche Bank (uno de sus máximos deudores) el control sobre el 18% de las acciones y el consejero delegado de la matriz, Brian Calver, dejó su puesto. En Calañas quedan el yacimiento de Aguas Teñidas, una de las esperanzas de la cuenca minera onubense y unos 400 trabajadores en paro.

Manuel Patricio y Gonzalo Baluzo comenzaban su ronda de vigilancia en Minas de Almagrera (Calañas, Huelva) sobre las 22.00 del viernes.
Manuel Patricio y Gonzalo Baluzo comenzaban su ronda de vigilancia en Minas de Almagrera (Calañas, Huelva) sobre las 22.00 del viernes.GARCÍA CORDERO

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