Una vida salvada en el 'chat'
Un policía evita desde Linares el suicidio de una mujer en Valencia
El subinspector Julián M. pierde por un momento su compostura de uniformado y no duda en decir que está 'alucinando'. Pero es que es uno de los protagonistas de una historia peculiarmente hermosa (tal y cómo acabó). En la noche del pasado sábado en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Linares (Jaén), el subinspector evitó la muerte de una mujer de 32 años, Montse, que se acababa de cortar las venas en Valencia y anunció su intención de suicidarse en un chat en Internet.
Todo comenzó con una llamada de teléfono en plena noche que atendió este policía de 46 años, residente en Ciudad Real, recién ascendido a subinspector y trasladado a Linares. Al otro lado del teléfono, un joven lugareño le aseguraba que estaba metido en un chat y que hablaba con una mujer que se quería suicidar. El muchacho había conseguido el número de teléfono móvil de ésta, había hablado con ella, sabía que residía en Valencia, pero lo que no había logrado era quitarle de la cabeza la idea de matarse.
'Tu hija no puede levantarse por la mañana y encontrarte muerta en un charco de sangre', le dije
El subinspector tuvo en la duda su primera reacción. Pero el joven le dio todos sus datos personales como prueba de que no se trataba de una broma. El policía pudo comprobar que, al menos su nombre y teléfono eran ciertos y las dudas primeras empezaron a desvanecerse dejando en su lugar la sensación de que tenía que hacer algo.
Llamó al móvil de la mujer. Hasta 15 veces marcó el número antes de que 'una voz apagada' preguntase quién llamaba. 'Un amigo', le respondió Julián. 'No quería decirle nada de la policía para no impresionarla', explicaba ayer.
'Yo soy internauta y se qué en los chat se miente mucho. Todo es ficción y mentira, pero al escuchar esa voz me dio un punto de lucidez y me dije: esto puede ser verdad. Ahora he cambiado mi impresión sobre Internet, también sirve para cosas bonitas', recuerda el policía. Roto el primer muro, la mujer le contó entre lágrimas que su compañero la maltrataba continuamente. Son padres de una niña de dos años. Ésta, dormía en ese momento en la casa. Esa fue la vía que encontró el subinspector para intentar quitar de la cabeza de Montse la idea de matarse. Lo que no sabía aún es que cuando ella contestó al teléfono ya se había cortado las venas.
'Le dije entonces, pero a ver '¿qué tontería vas a cometer?' Y ella me respondió: 'Ya lo he hecho'. Entonces supe que había que actuar con urgencia'. Julián continuó insistiendo en que con su muerte sólo conseguiría estropear la vida de su hija. 'Le dije: 'Ella no puede levantarse por la mañana y encontrarte muerta en un charco de sangre'.
La voz de Montse, cada vez era más débil. Entonces, le ofreció toda su ayuda 'para acabar de verdad con la vida que llevaba, pero con la condición de empezar una nueva'. La mujer no aceptaba dar su dirección y Julián veía como pasaba el tiempo sin conseguir nada práctico. Se le ocurrió decirle que estaba dispuesto a lo que ella quisiera y ella respondió que daría su dirección si era él quien iba a salvarla.
Así consiguió el nombre de la calle, el número del portal y el piso. Inmediatamente el equipo de Linares avisó a la Policía de Valencia, que envió un dispositivo a ese lugar. Julián mientras tanto mantenía la conversación porque no se fiaba de la veracidad de los datos.
Desde la Comisaría de Linares, el policía escuchó cómo llamaban a la puerta y animó a Montse a que abriese. 'Si no tengo fuerzas ni para andar', fue su respuesta. Julián insistió: 'Como sea, arrástrate, pero abre'. Ella lo hizo y el subinspector escuchó a los policías valencianos hablar de sangre. Montse les pasó el teléfono y hablaron entre los policías, que no entendían qué hacía un agente de Linares en un tema así. 'Lleváos a la mujer y atended a una niña que tiene que haber en la casa, lo demás ya lo explicaré', relata.
La mujer ingresó en el hospital esa misma noche del sábado y ayer, según informa Lidia Garrido, salió con el alta en la mano. Se había cortado las venas, pero la intervención le salvó la vida. 'Cuando uno quiere suicidarse lo hace, pero quizá ella quiso escuchar unas palabras de ánimo antes de marcharse al otro barrio y decidió que se las dijesen en un chat', explicaba ayer Julián. Las palabras las encontró en el policía de Linares, que ahora piensa en llamar nuevamente a la mujer cuando pasen algunas semanas 'y el tema se enfríe'. Está dispuesto a cumplir dentro de un tiempo su promesa de conocerla.
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