Un niño surafricano lleva cinco años atado a un árbol
Benele Motha tiene 11 años y lleva cinco atado a un árbol en la parcela de su casa en Ekunlindeni, una remota aldea al este de Suráfrica. Allí pasa las horas, junto a su perro, mientras espera la visita de uno de sus hermanos o de su madre, Sophie, quien sostiene que su hijo padece un trastorno psíquico y que no ha sido capaz de enseñarle a ir al servicio. Belene, que nunca ha ido a la escuela, no sabe hablar y se comunica emitiendo sonidos. Los servicios sociales surafricanos están investigando el caso.
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