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La Audiencia rebaja de 12 a 8 años la condena al autor del crimen de la Villa Olímpica

La Audiencia de Barcelona rebajó ayer de 12 a 8 años de internamiento la suma de las penas que impuso un juzgado de menores a Valentín Moreno Gómez por el crimen de la Villa Olímpica y por las lesiones y el robo cometidos contra dos amigos de la víctima. Los jueces mantienen la condena de ocho años por el asesinato, fruto de una brutal paliza, de Carlos Javier Robledo, pero imponen a Moreno una pena mínima por las lesiones y le absuelven del robo.

La rebaja de la pena a Moreno acordada por la Sección Tercera se hizo pública ayer, el mismo día en que otro tribunal empezó a juzgar a los otros nueve acusados de los hechos, todos mayores de edad. En la primera sesión del juicio declararon seis de los nueve acusados y todos negaron su participación en la brutal paliza que acabó con la vida de Robledo la madrugada del 1 de abril de 2000 en el Puerto Olímpico de Barcelona. Ese día a Moreno le quedaban unas horas para cumplir los 18 años y por eso le juzgó un juzgado de menores. Se recurrió contra esa primera sentencia y ahora el tribunal la ha rebajado.

Los jueces mantienen la pena de ocho años de internamiento en régimen cerrado y otros cinco de libertad vigilada -el máximo que permite la ley- por considerar que no cabe duda que la muerte de Robledo fue un asesinato. La Audiencia de Barcelona sostiene que Moreno actuó de manera 'traicionera' y que se puso de acuerdo con los otro nueve acusados para agredir a Robledo. 'La agresión fue lo suficiente intensa en el tiempo y en la violencia como para que tuviera clara la conciencia de que el resultado de la agresión no podía ser otro que la muerte', dice la sentencia. En otro apartado los jueces matizan que Moreno 'ha de asumir las consecuencias de todos los golpes que recibió la víctima, aunque estos golpes se hicieran por otras personas'.

Arresto de fin de semana

La juez de menores también impuso a Moreno tres años más de internamiento y otros tres de libertad vigilada por un delito de lesiones dolosas por la agresión que sufrió la misma noche Juan Carlos Berlanga, un amigo de la víctima. El fiscal pidió que esta agresión se considerara un asesinato en tentativa, pero los jueces lo rechazan al entender que 'no existía voluntad de matar'. Por eso y porque las heridas curaron en cinco días, le imponen una pena mínima de cuatro arrestos de fin de semana. En cuanto al robo de dos joyas que sufrió otro amigo de Robledo esa misma noche, la Audiencia absuelve a Moreno porque éste no participó en la sustracción ni se benefició de ella.Por ese delito la juez de menores le impuso otro año de internamiento.

El juicio contra los nueve acusados mayores de edad por el crimen de la Villa Olímpica empezó a celebrarse ayer en la Audiencia de Barcelona siguiendo el guión previsible. Los seis procesados que declararon en la primera sesión coincidieron, con matices, en exculparse por los hechos o justificar su actuación. Tampoco faltaron los recurrentes argumentos de que no recuerdan lo ocurrido porque habían bebido, que no vieron nada o que la policía les presionó para que se confesasen culpables. Ante estas afirmaciones, la actuación del fiscal también fue la esperada al recordar que todos los acusados, excepto uno, firmaron libremente su declaración ante el juez y que lo hicieron en presencia de su abogado. El fiscal pide para cada uno penas que suman 35 años de prisión por un delito de asesinato, otro en tentativa y un robo violento.

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Los nueve acusados están en prisión preventiva por los hechos. Más coincidencias. Sólo uno aceptó responder a las tres acusaciones particulares: la familia de la víctima y los ayuntamientos de Barcelona y Santa Coloma de Gramenet. También dijeron todos que la pelea se inició porque alguien dijo que les habían abierto un coche y culparon a Robledo y a sus dos amigos. Lo que ocurrió en realidad es que éstos encontraron una cazadora junto a la rueda de su coche y que al intentar saber de quien era y mirar los bolsillos, los acusados les increparon y fue entonces cuando se inició la brutal pelea. Los dos acompañantes de Robledo intentaron acudir en su ayuda, pero al ser golpeados y robados, huyeron.

'Le arreó un puñetazo'

Tres de los seis acusados declararon que Valentín Moreno, el menor condenado por los hechos, fue quien agredió a Robledo. El más elocuente fue Juan María Fernández, quien dijo sin ambages que Moreno 'le arreó un puñetazo' a la víctima. Añadió que él no dio ningún golpe y que 'iba demasiado colocado'. Para acabarse de explicar añadió que 'en mi barrio -La Mina-, hay mucha droga y sale baratísima'. Ocho de los nueve acusados tienen antecedentes penales.

Fernández, como el resto, explicó al tribunal de la Sección Quinta que les juzga que se enteraron por la prensa de lo ocurrido y que fue entonces cuando alguno decidió entregarse a la policía. Pocos admitieron haber participado en la pelea contra Robledo. 'Yo di algún que otro empujón', dijo Antonio Jerez Caparrós. 'Le pegué porque le pegué, porque estaba allí y porque iban a pegar a mi colega', explicó Rafael Antonio Reyes Iglesias.

Por increíble que parezca, lo que quedó claro ayer, aunque ya se sabía, es que se trató de un crimen gratuito. 'Fuimos a pasárnoslo bien, porque somos jóvenes', dijo Reyes. A un abogado defensor no se le ocurrió otra cosa que preguntar a un acusado si el coche que llevaba era robado. 'Yo no me dedico a eso', fue la respuesta del joven, ofendido.

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