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Endesa echa el freno para achicar deuda

Renuncia a su estrategia 'multiutility' y se centra en energía y en los mercados donde ya opera

Donde dijo Diego, dice digo. Hace 11 meses, tras su frustrada fusión con Iberdrola, Endesa anunció un billonario plan estratégico quiquenal de expansión a otros mercados y negocios. Esta semana, coincidiendo con la presentación de sus resultados de 2001, ha confirmado que reduce en un 37% sus inversiones previstas y que va a dedicar todos sus esfuerzos a consolidar sus actividades energéticas y los mercados donde ya opera y a reducir los compromisos financieros que arrastra de 25.000 millones de euros.

El nuevo plan estratégico 2001-2006 cifra en 13.000 millones de euros las inversiones, un 37% menos de las previstas hace un año
En la desinversión prevista, 5.000 millones de euros, pueden entrar sus participaciones en Auna, Smartcom, Aguas de Barcelona y Repsol
El grupo se propone reducir su actual apalancamiento (deuda en relación con fondos propios y minoritarios) del 2 al 1,2 en 2006

Un golpe de timón en toda regla, en vísperas de la sustitución de Rodolfo Martín Villa por Manuel Pizarro en la presidencia, auspiciado por cambios profundos en el escenario y en las reglas de juego, según explican en la propia Endesa.

La desaceleración en la economía mundial, la crisis en el sector de las telecomunicaciones, el colapso eléctrico en California y el subsiguiente replanteamiento de los procesos de privatización en varios países, el hundimiento de Argentina, los atentados del 11 de septiembre, la suspensión de pagos y el escándalo del gigante norteamericano Enron, y los cambios y retrasos en las normativas de liberalización de los mercados del gas y la electricidad en España y en la UE, no estaban descontadas en los resultados previstos ni en las expectativas de futuro de los grandes grupos eléctricos hace 12 meses. En España, además, las tarifas han caído en términos reales un 32% en los últimos, y en el caso de Endesa la liberalización del mercado le ha supuesto desde 1997 a 2001 un merma de ingresos de 700 millones de euros.

La consolidación de grandes grupos en Europa y en el mundo está siendo mucho más lenta de lo que se pensaba, ha aumentado la desconfianza de los inversores y de los mercados ante los niveles de endeudamiento de las compañías y los reguladores se muestran mucho más cautos y exigentes para garantizar un suministro suficiente y de calidad en servicios esenciales como los energéticos, apuntan los analistas. De hecho, semanas antes del giro estratégico anunciado por Endesa, Merrill Lynch, ya vaticinaba en un informe que esta compañía, y otras eléctricas como National Grid, RWE y E.ON, iban a buscar en este ejercicio una consolidación de las inversiones realizadas y a evitar abrir nuevas vías de negocio.

Un diagnóstico que coincide casi al pie de la letra con la venta que ha hecho Endesa, a la opinión pública y a los mercados, de su giro: 'Una vez alcanzada la dimensión adecuada, que le permite disponer de una excelente base de activos en España, Latinoamérica y Europa, Endesa se plantea como prioridades la rentabilidad y el fortalecimiento financiero, concentrándose en el crecimiento orgánico y aprovechando su alto potencial de mejora de eficiencia'.

En grandes líneas, el nuevo plan estratégico 2001-2006 reduce las inversiones a 13.000 millones de euros (un 37% menos que hace un año) y las reorienta al mantenimiento y reposición de activos y al negocio eléctrico (va a incorporar al conjunto de sus mercados 9.300 nuevos mw). Las inversiones en mantenimiento y reposición de activos, cifradas en 6.100 millones de euros, son las mismas previstas hace un año, y de ellas, el 54% se destinará al negocio eléctrico español, y el 34%, al latinoamericano. De las inversiones previstas para crecimiento orgánico, 6.900 millones de euros (52% menos que en el anterior plan), el grueso lo absorbe España (2.900 millones) y Europa (2.100 millones para instalar ciclos combinados en la filial italiana Elettrogen y para la posible adquisición de participaciones adicionales en esta eléctrica y en la francesa Snet).

Endesa no varía sus objetivos de crecimiento en el negocio del gas, cuenta ya con un 6% del mercado doméstico y un 4,2% del liberalizado, y quiere disponer en 2006 del 15% del mercado liberalizado (un 22% con el destinado al abastecimiento de sus centrales).

Desinversiones

Mantiene también el objetivo del anterior plan de desinvertir en activos no estratégicos por valor de 5.000 millones de euros antes de 2004, pero esta cifra incluye la venta del 87,5% de Viesgo, que se materializó el pasado mes de enero (el 12,5% restante lo ha contabilizado en 2001). Uno de los activos a vender es la operadora de telecomunicaciones Auna, en la que Endesa, tras su reestructuración, dice tener unas plusvalías latentes de 1.200 millones de euros, aunque piensa seguir en ella durante algún tiempo 'con la perspectiva de extraer valor a medio plazo'. Otro activo a enajenar, con igual filosofía, es la operadora chilena Smartcom. Son compañías ajenas al núcleo del negocio de Endesa, según la nueva estrategia. También están dispuestos a salir de Aguas de Barcelona, aunque su actividad si la consideran próxima a su negocio central, y de Repsol, pero sin prisas, dicen, cuando alcancen un precio que estimemos conveniente. También puede reducir su participación del 10% en REE.

Tras todos estos cambios se encuentra la deuda, el mayor problema de Endesa para sus cuentas y su credibilidad (recientemente Moody´s rebajó la calificación de su deuda a largo plazo). El endeudamiento alcanza hoy los 25.000 millones de euros (3.000 más que en 2000) con un apalancamiento -deuda en relación con sus fondos propios más minoritarios- de dos veces (1,7 en 2000). El objetivo anunciado ahora por la compañía es reducir el apalancamiento al 1,4 en 2004 y al 1,2 en 2006, con una cobertura de gastos financieros por cash flow operativo que pase del 3,5 en 2001 al 5 en 2004 y al 6 en 2006. Un ratio que supondría reducir en unos 8.000 millones su endeudamiento.

La nueva fiscalidad apuntala las ganancias de 2001

Endesa tuvo un beneficio neto de 1.479 millones de euros en 2001, un 5,1% más que en 2000, pese a la crisis latinoamericana (la devaluación del peso argentino tuvo un efecto neto de 84 millones de euros sobre la cuenta de resultados y de 356 millones sobre el patrimonio) y a la nueva forma de contabilizar los CTC (costes de transición a la competencia) que le han supuesto unos menores ingresos de 90 millones. Sin embargo, según LinK Securities SV, el crecimiento del beneficio neto se redujo al 3,9% sobre datos proforma de 2000, elaborados con los mismos criterios de contabilización de los CTC. El incremento del beneficio neto, según los analistas de Bestinver, lo ha logrado gracias, entre otras cosas, a un menor pago de impuestos, 88 millones de euros frente a 530 millones en 2000, debido a la nueva legislación fiscal sobre plusvalías (se ha reducido del 35% al 18% la tasa sobre beneficios de venta de activos) y la exención de la plusvalía obtenida por la desinversión en la argentina Edenor. De hecho, el resultado antes de impuestos de Endesa en 2001 se situó en 1.625 millones, un 37,79% menos que en 2000. El resultado financiero registrado ha supuesto unos gastos de 1.722 millones de euros, un 50,7% más que el 2000, debido a diferencias de cambio por devaluaciones de las divisas de Argentina, Chile y Brasil, que han deparado pérdidas de 398 millones (frentre a un beneficio de 139 en 2000) y al incremento del valor de la deuda en dólares (un 40% del total). Por otro lado, hay que señalar que los gastos financieros disminuyeron un 2,1% a pesar del incremento del endeudamiento financiero, debido al menor coste medio de la deuda, que descendió del 6,47% en 2000 al 5,85%.

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