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El menor de Sant Gregori disparó a su compañero por una discusión banal

El joven de 16 años que hace dos semanas fue internado en un centro de menores por orden del juez se confesó ayer, a los tres meses del suceso, autor del asesinato de su compañero Josep Maria Recasens, de 17 años. El relato del menor ante el juez fue estremecedor, según el abogado de la acusación, Manel Mir, por su enorme frialdad y la casi inexistencia de móvil.

El menor citó a su compañero, con quien tenía pequeñas desavenencias que fueron definidas como 'chiquilladas' por Manel Mir, en el paraje donde se cometió el crimen. Allí lo acribilló a sangre fría con una de las escopetas de caza propiedad de su familia. Josep Maria Recasens recibió tres impactos de bala, el último de ellos para rematarle cuando estaba ya en el suelo. Después el homicida arrojó al río la motocicleta de la víctima e hizo desaparecer su teléfono móvil.

El letrado se mostró sobrecogido por el hecho de que una discusión entre chavales pudiera acabar de una manera tan brutal. Entre los supuestos motivos de desavenencia, no confirmados por los letrados del caso, ha trascendido una discusión por la posesión de unas plantas de marihuana.

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