Los años perdidos en África
LOS POCO más de once años que Rimbaud pasó en África, desde su llegada al puerto de Adén en 1880 hasta su vuelta a Francia en 1891 para morir en Marsella, han sido durante mucho tiempo algo más que un misterio. Enid Starkie, autora en 1938 de una las primeras y más conocidas biografías del poeta (Arthur Rimbaud, Siruela, 1990), tan sólo dedica a este periodo algo menos de la cuarta parte de su libro, muy poco si tenemos en cuenta que se corresponde con más de la mitad de la vida adulta de Rimbaud. Desde entonces muchos han intentado descifrar los oscuros enigmas de esta época africana, ya sea buscando testimonios fehacientes, ya sea viajando a los mismos escenarios y ciudades donde tuvo lugar la peripecia aventurera de un genial escritor convertido en astuto comerciante, en explorador de tierras peligrosas y desconocidas.
Rimbaud en África
Charles Nicholl Traducción de Javier Calzada. Anagrama. Barcelona, 2001. 459 páginas. 21,04 euros.
Charles Nicholl ha escrito su Rimbaud en África después de recorrer los mismos itinerarios del deambular viajero del poeta. Aunque su libro sea 'esencialmente un estudio biográfico', y en contra de su pretensión inicial, mucho de lo narrado tiene relación con sus propios viajes a través de los territorios que enmarcaron esos fascinantes y difíciles 'años perdidos' de la vida de Rimbaud. De alguna forma sus páginas son fruto de una fusión de géneros: es biografía y es literatura de viajes, es investigación y es narración histórica, una mezcla que da como resultado una historia emotiva contada, en cierto modo, desde un tono cercano al estilo de las novelas de aventuras. Graham Robb, desde la estricta precisión documental que caracteriza su biografía, no duda en incluir el trabajo de Nicholl entre los mejores, pero tampoco lo hace a la hora de calificarlo como un 'descarnado y lírico homenaje' al destacar que el libro es también, y además, una obra literaria.
Lo que Nicholl ofrece es una suma de poesía, documentación histórica e impresiones personales, que unidas intentan dar cuenta de las ambiciones y limitaciones humanas de Rimbaud. A veces desequilibrado, inconexo y discontinuo, sin embargo es una aproximación seria, genuina y sugestiva, con una escritura animosamente viva y vigorosa, imaginativa y decididamente sensorial, que nos acerca mucho a la vida diaria y corriente de Rimbaud en África gracias a su capacidad para percibir sonidos, sensaciones táctiles y olores como parte de la historia. Reconstruye y recrea esos ambientes y paisajes donde discurrió la vida de un poeta que, paradójicamente, denunció y maldijo las ásperas y solitarias tierras que le dieron cobijo.
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