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La asamblea de los socialistas en Baeza reproduce la ruptura entre el alcalde y su grupo municipal

Ginés Donaire

Lejos de acercar posturas, el primer intento de acercamiento entre el alcalde de Baeza (Jaén), el socialista Eusebio Ortega, y la ejecutiva de su partido para zanjar la crisis interna abierta en el grupo municipal del Ayuntamiento ha terminado en fracaso. El escenario elegido para el diálogo fue la tumultuosa asamblea general del PSOE de Baeza celebrada la noche del martes y que se prolongó hasta bien entrada la madrugada en un ambiente tenso que no hizo más que reproducir la división entre los socialistas de este municipio.

En la asamblea midieron sus fuerzas los dos bandos enfrentados en el Ayuntamiento, es decir, por un lado el alcalde y los tres concejales que le son fieles y, de otro, los cinco ediles que representan a la corriente oficial del partido y que están en contra de Ortega desde que éste decidió, en el pleno del mes pasado, destituir a sus dos tenientes de alcalde por falta de confianza. Esta decisión sirvió para que la ejecutiva local del PSOE abriera expediente sancionador a Eusebio Ortega y a los otros tres ediles críticos. El expediente, que pasará en breve a la ejecutiva provincial, podría desembocar en la expulsión del partido para Ortega y los otros tres concejales.

Ni siquiera la presencia en la asamblea de dos destacados dirigentes de la ejecutiva provincial, el vicesecretario general, José Pliego, y la responsable de Política Municipal, Carmen Peñalver, sirvió para que se limaran asperezas entre las dos facciones enfrentadas. 'No veo al alcalde con predisposición para solucionar este conflicto, pues no está dispuesto a dar marcha atrás', manifestó ayer Manuel José Garrido, secretario local del PSOE baezano, para quien la salida a esta crisis 'pasa por el propio alcalde'. Garrido y Nicolás Ramírez -que es también diputado provincial- fueron los dos tenientes de alcalde destituidos por Ortega.

El alcalde de Baeza, que estuvo presente en la asamblea tras reponerse de un amago de infarto que le obligó a estar hospitalizado varios días, rehusó ayer hacer declaraciones, pero sí quiso dejar constancia de que la mayoría de la asamblea socialista está con él. Esta apreciación es frontalmente opuesta a la de la dirección local: 'El sentir general es que no se está de acuerdo con las decisiones del alcalde', subrayó el secretario general, Manuel José Garrido.

Mientras tanto, el Ayuntamiento baezano atraviesa 'un vacío político absoluto', según el único concejal de IU, Antonio Ortega, quien pidió al PSOE una resolución de la crisis.

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