Vandekeybus se asoma al interior de la mujer a través de la danza
'Arañando los campos interiores' estará en Sevilla y en Granada
El coreógrafo y director belga Wim Vandekeybus estrenó en 1999 una obra para diez bailarines varones, un rompecabezas que el discípulo de Jan Fabre compuso a base de danza, teatro, música, cine, literatura y artes plásticas. Vandekeybus presentará hoy en el teatro Central de Sevilla Arañando los campos interiores, un espectáculo sólo con mujeres, en el que utiliza todas sus bazas salvo el cine. 'Es como abrirle el pecho a alguien y asomarse dentro, a sus miedos y sus deseos', dijo ayer en Sevilla.
Wim Vandekeybus (Lier, 1963), que estará con su último espectáculo hoy y mañana en el teatro Central de Sevilla, y la próxima semana en Granada, ha prescindido de la imágenes grabadas en Arañando los campos interiores, para aportar esa sensación de oscuridad que produce 'contemplar el paisaje interior de una persona'.
'La obra está llena de momentos de ambigüedad, en los que la imaginación de las bailarinas y la del público entran a formar parte del espectáculo. En lugar de trabajar con cine, como hemos hecho en casi todas las producciones, aquí todo se concentra en la música y los sonidos', explicó ayer Wim Vandekeybus, un polifacético artista que creó su propia compañía, Última Vez, en 1985 y desde entonces no ha parado de asumir nuevos retos: Su cuerpo no encaja en su alma, un espectáculo en el que trabajó con bailarines invidentes; una obra de teatro basada en la vida de Pasolini, una pieza en la que implicó a siete compositores, o el solo escrito y dirigido por Jan Fabre que Vandekeybus interpretó en el Festival de Utrecht de 1997, forman parte de su ecléctica y exitosa carrera.
'Cuando trabajé con los diez bailarines en In spite of wishing and wanting, me sorprendió la ternura que se creó en un universo masculino. En esta obra, en la que intervienen cinco bailarinas y dos actrices, lo que más llama la atención es su fortaleza brutal. He buscado individualidades, cada una es diferente y hemos huido de los tópicos', comenta Vandekeybus, que, además de la coreografía y la dirección, se encarga de la escenografía y parte de la iluminación.
'La danza femenina es instinto puro. Es más ritual. La elasticidad de su cuerpo permite a la mujer contorsionarse casi sin límites. En los dúos les he pedido que se entrelacen como las ramas de un árbol. El trabajo ha sido muy intenso porque no es sólo danza, sino que está lleno de sensaciones', comenta el artista belga, que, durante cinco días, ha impartido un curso para profesionales en Sevilla programado por el Centro Andaluz de Danza.
La compañía, que estará en el teatro Alhambra de Granada los días 6 y 7 de marzo, cuenta con dos bailarinas españolas, Laura Arís Álvarez y Natalia Labiano. En Arañando los campos interiores, que se estrenó en el Théâtre de la Ville de París el año pasado, la música compuesta por Eaverdropper crece con los sonidos electrónicos que el alemán Josh Martin crea en directo y acentúa los textos del escritor flamenco Peter Verhelst.
Babelia
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