Fraga

El presidente de Galicia, señor Fraga, sigue en sus trece de seguir pidiendo que las comunidades autónomas puedan estar presentes en las instituciones europeas. El presidente del Gobierno, señor Aznar, sigue en sus trece de negar toda posibilidad de que las comunidades estén presentes en Bruselas. Fraga pide, exactamente, lo que pide el lehendakari Ibarretxe, lo que pide el gobierno vasco. Naturalmente, ni el señor Aznar, ni su fiel servidor, Javier Arenas, ni toda la tropa mediática que le apoya con fidelidad, bien recompensada por cierto, pueden satanizar al patrón Fraga como lo hacen con Ibarretxe y el nacionalismo vasco en general. Fraga es uno de los 'suyos'. No es un separatista ni un soberanista. ¿Entonces? Entonces hay que montar un discurso con el que se haga llegar al vecindario municipal y espeso que 'lo que pide don Manuel no es lo mismo que piden Ibarretxe y los nacionalistas vascos, a quien Dios confunda'. Pero resulta que lo que pide es exactamente lo mismo que pide el lehendakari y su gobierno. Lo que quiere Fraga es tener, para Galicia, lo mismo que tienen los landers alemanes, las regiones belgas, los landers austríacos o Escocia, sin ir más lejos. Exactamente lo mismo que, textualmente, y en el escrito remitido al ministro Montoro, pedia el gobierno vasco. Consúltese el documento que publicó la prensa. Pero esto es algo que el PP no puede aceptar. Hay que poner en marcha el aparato manipulador para hacer creer a la opinión pública que lo que pide Fraga no es lo mismo que pide Ibarretxe. El equipo mediático del PP tiene expertos en estos trapicheos. Algunos suelen aparecer semanalmente por Canal 9. Y bien remunerados por cierto, con cargo a los impuestos de los valencianos, por la interesada generosidad del señor Zapalana. Conocí a Fraga en la vieja Universidad de San Bernardo de Madrid cuando don Manuel tenía apenas 26 años. Al señor Aznar le conozco, tengo noticia del mismo, desde hace cuatro días como quien dice. Los dos pertenecen a la derecha. Los dos proceden ideológicamente del franquismo. Pero si tuviese que fiarme de alguien, me fiaría más de Fraga que de Aznar. No me da tanto miedo.