_
_
_
_
Reportaje:

Todo es posible en Granada

Iman, 23 años, estudiante de Farmacia: 'Todo lo que se está diciendo sobre el 'hiyab' (pañuelo) es una tontería'

Tan delirante como leer en un periódico que los cristianos se crucifican en Semana Santa para conmemorar la muerte de Jesucristo. O que una mujer que lleva una medalla de la Virgen de la Macarena al cuello es una fanática o sufre malos tratos en casa. Así de estupefactas se han quedado las musulmanas que viven en Granada al ver cómo políticos, medios de comunicación o simplemente la gente de la calle han asociado el hecho de llevar hiyab -el pañuelo que indica que una mujer ha decidido practicar el islam de forma ortodoxa- a conceptos como la represión femenina, la ablación del clítoris o los uniformes nazis. Las musulmanas, lleven o no pañuelo, están escandalizadas con lo que ellas llaman 'la incultura del chador' que se ha desatado en España.

Más información
'¿Y la tolerancia?'

'Parece mentira que un país tan cercano a Marruecos como es España, con tanta historia en común, y después de tanto tiempo de contactos, desconozca nuestra cultura de esa manera y no sepa ni lo que es el hiyab', dice Insaf El Karkri, de Larache, estudiante de Arquitectura de 24 años. 'No entiendo por qué está ocurriendo esta polémica. En Marruecos, la mayoría de las chicas van sin hiyab, y las que quieren llevarlo son libres de hacerlo. Nadie les impone nada. Es personal'.

Con ella coincide Huda Hassan, una somalí de 26 años que lleva diez viviendo en España. 'Es escandaloso que se compare el llevar el hiyab con la ablación del clítoris, que es algo muy grave. Todo esto me parece una muestra de intolerancia por parte de políticos y periodistas. Antes de hablar o de escribir, deberían informarse sobre qué es el pañuelo o qué significa. ¿Cuál es la polémica por ponerse una prenda en la cabeza?'.

Ni Huda Hassan ni Insaf El Karkri llevan pañuelo. Visten a la occidental, hablan un castellano perfecto y son modernas, tal y como hoy se entiende ese concepto. Pero se sienten indignadas por la forma en que consideran que se está despreciando su cultura y en cómo las mujeres musulmanas que sí llevan pañuelo empiezan a ser señaladas por la calle. 'La gente es libre de vestirse como quiera', dice Huda. '¿Por qué se puede ir con gorra o minifalda y ahora estará mal visto ir con el pañuelo?'.

Imán Obtel, de 23 años, de Fez, sí lleva hiyab. Repasa unos apuntes en los pasillos de la Facultad de Farmacia de Granada. 'Todo lo que se está diciendo', afirma, 'me parece una tontería'. 'No se puede juzgar a la gente por cómo viste: eso es una falta de respeto. En Marruecos, las chicas van igual que en España, sólo que algunas personas, por una convicción personal, hemos decidido llevar el pañuelo. Y el pañuelo', aclara, 'no es un chador'.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Imán tiene razón. El chador es la prenda tradicional de la mujer iraní, como el burka lo es de la afgana, el abayyan, de la saudí, el daral, de la somalí, o el sari, de la india. Otra estudiante de Farmacia, que prefiere mantener el anonimato y responde al nombre de Ikram, bromea: 'Decir que una niña marroquí quiere ir con chador al colegio es como decir que quiere ir vestida de gitana, o de torero. Una cosa es el chador, y otra muy distinta el hiyab'. Ese hiyab, que hizo que un colegio católico concertado de Madrid prohibiera a la niña Fátima Eldrisi asistir a clase porque consideraba que la prenda es un símbolo de 'represión de la mujer', no tiene más significación que la de mostrar que una chica, al desarrollarse, elige entre la opción de ser musulmana practicante o no serlo. Como quien decide ir a misa todos los domingos o no.

'Dicen que las musulmanas debemos adaptarnos a las costumbres españolas', comenta Asmaa Berghaiz, otra estudiante de Farmacia, de Casablanca, de 22 años, que no lleva pañuelo. 'Nosotras ya estamos adaptadas: llevamos viviendo aquí varios años. Toda la polémica es absurda porque parte de un desconocimiento absoluto de nuestras costumbres'.

'Es como si prohibieran a los que son cristianos llevar un crucifijo al cuello', dice Ikram -no lleva hiyab-, que afirma sentirse 'enfadada por tanto tópico que se está diciendo alegremente'. 'España', añade, 'cada vez se parece más a esas discotecas donde no te dejan entrar si llevas calcetines blancos o zapatillas de deporte. Y ahora quiere imponer su moda sobre las musulmanas. Y lo más absurdo es comparar un hiyab con un uniforme nazi, como he oído en algunas televisiones'.

'España', señala Huda Hassan, 'que siempre dice ser tan tolerante y europea, debería aprender de los países de su entorno, donde no sólo se respeta a las mujeres y su forma de vestirse, sino también su modo de vida y sus fiestas'. A su lado, Insaf El Karkri aclara que nadie en Marruecos puede imponer a una mujer el que lleve o no el hiyab. 'Tal vez a muchos padres les gustaría que sus hijas lo llevaran, pero eso es una decisión de la mujer, y todos están están obligados a respetarlas. El islam es mucho más tolerante de lo que creen aquí'.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_