Los candidatos recorren tres campus para captar votos

La campaña electoral para el rectorado de la Universidad de Valencia ha deparado escenas inéditas en el campus, como la participación de los candidatos en actos electorales públicos y en debates mediáticos. Si en los comicios celebrados hasta la fecha al amparo de la LRU (Ley de Reforma Universitaria), los aspirantes habían de medir sus fuerzas ante los algo más de 400 miembros del claustro, a quienes tenían que convencer para ser votados y quienes desde ese momento supervisarían su gestión, ahora, con un cuerpo electoral de más de 56.000 universitarios, el primer problema consiste en cómo llegar a los potenciales votantes. Tarea complicada, si se tiene en cuenta que hay, por ejemplo, profesores asociados que, a dos semanas de las votaciones, preguntan si también ellos pueden votar, y muchos estudiantes que ni siquiera saben que hay elecciones a rector. La LOU (Ley Orgánica de Universidades) ha puesto en marcha un sistema electoral nuevo en el campus cuyas implicaciones apenas se vislumbran y la Universidad de Valencia es el terreno donde se va a producir el primer ensayo general. La expectación despertada en su aplicación la confirma ya la presencia de los principales medios españoles, así como de observadores de universidades que están a punto de verse inmersas en el mismo proceso, como la de Girona, con unas nada fáciles elecciones a rector convocadas para el próximo 4 de marzo.

Así las cosas, una vez presentados sus equipos y programas, los candidatos han cumplido su primera semana de campaña electoral, con varios actos públicos diarios en los diferentes centros docentes. Una complicación añadida en una universidad distribuida en tres campus (Tarongers, Blasco Ibáñez y Burjassot), a los que hay que agregar la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, provisionalmente ubicada en Cheste. No es casualidad que ambos candidatos hayan incluido en su agenda este centro, a unos 30 kilómetros de Valencia, como tampoco es casualidad que un grupo de alumnos del mismo haya aprovechado varios actos públicos electorales celebrados en Valencia para reivindicar ante los aspirantes su traslado a la capital 'el próximo mes de octubre'.

Josep Lluís Barona y Francisco Tomás han programado actos de este tipo en todas las facultades, escuelas y campus. El segundo se ha desplazado incluso a Ontinyent, una extensión universitaria donde se imparte Magisterio y Empresariales, y los dos concluirán la campaña con las respectivas comparecencias públicas en los servicios centrales de la universidad y en la Facultad de Medicina. Todo ello con la ayuda de una mínima publicidad institucional, sus respectivas páginas virtuales hospedadas en la web de la Universidad, y el apoyo propagandístico que les permite el medio millón de pesetas de que disponen para sufragar la campaña.A los actos electorales convocados por los candidatos acuden, sobre todo, profesores y personal de administración (PAS). En sus intervenciones, Francisco Tomás tiende a una exposición más sistemática de los elementos programáticos y Josep Lluís Barona, a un planteamiento más informal, pero las preguntas del auditorio suelen referirse a inquietudes relacionadas con su centro o su campus, en el caso del profesorado, y a la situación del colectivo, en el caso del PAS. El binomio cohesión-descentralización en una universidad que se reconoce dispersa es también un tema recurrente.

El hecho de que el sufragio universal (bien que ponderado, es decir, no todos los votos tienen el mismo peso) sea una experiencia inédita en la universidad y que los dos candidatos se ubiquen en la órbita progresista ha provocado hasta el momento una general indefinición respecto a las candidaturas, tanto a título individual como colectivo. Al final, contarán el programa y el equipo, pero también, como comenta un veterano profesor, 'las filias y fobias personales'. Ambos candidatos han apurado las posibilidades para incluir en sus equipos representantes de los tres campus y de los diferentes centros, aunque el mayor peso electoral se halla en el campus de Blasco Ibáñez. Como excepción, en el de Barona figuran dos profesoras de Historia y en el de Tomás, dos de Economía y dos de Derecho.

También hay miembros del PSPV-PSOE en ambos equipos. Este partido ha evitado pronunciarse por uno u otro candidato. 'Hay un respeto a la autonomía universitaria y a todo el proceso', explica José Ignacio Pastor, miembro de la ejecutiva de ese partido, que ha elaborado un decálogo donde se empieza por la necesidad de paliar el daño ocasionado por la LOU a la autonomía universitaria. Por lo demás, 'los dos candidatos y programas son positivos', señala Pastor. Esquerra Unida también ha manifestado su 'respeto por los candidatos a rector, ambas personas comprometidas con una universidad pública autónoma, democrática y de calidad'.

Tras entrevistarse con los dos candidatos, CC OO acordó, 'viendo que los dos eran progresistas en realidad', en palabras de Magdalena López Precioso, hacer una llamada a la participación y establecer contactos bilaterales para que uno y otro incluyeran ocho puntos en sus programas. Ni CC OO ni FETE-UGT se van a pronunciar oficialmente, pero de momento fuentes de ambos sindicatos mayoritarios subrayan que Barona se ha mostrado 'abiertamente inclinado a hacer una reforma administrativa a fondo', mientras que Tomás se ha comprometido en público y ha incluido estas reivindicaciones en su programa. El STEPV ha optado oficialmente por una política de no injerencia, si bien a título individual militantes del sindicato colaboran en la candidatura de Barona y hay miembros de CC OO colaborando de manera personal con ambos esquipos. Las asambleas de estudiantes que se han sucedido esta semana han puesto de manifiesto la dificultad de los delegados de los colectivos más potentes, el BEA (próximo al nacionalismo del Bloc) y Campus Jove (que ha tratado de unificar el voto de izquierdas no nacionalista) para definir una postura unitaria. A pesar de que, de forma 'individual' hay candidatos del BEA que han estado en campaña abierta a favor de Barona, la incertidumbre pesa más que las certezas. Miquel Villamón, dirigente del BEA, asegura que 'no habrá pronunciamiento oficial a favor de alguno'. Afiliados de Campus Jove, por su parte, reconocen que su voto puede dividirse entre ambos candidatos. Las dos asociaciones piensan arrinconar la disciplina de voto. La tercera fuerza, la Coordinadora de Asociaciones Independientes, considera que 'la elección de uno u otro candidato condicionará el día a día de la universidad', pero, por ahora, prefiere llamar a la participación sin pronunciarse por un candidato. El voto de los estudiantes, cuyo peso electoral es del 26% aunque en las elecciones a claustrales vota poco más de una séptima parte, se considera a la vez una incógnita y 'la clave' de las elecciones, en el supuesto de un voto equilibrado en el PAS y el profesorado para ambos contendientes. Otras fuentes califican esta suposición de 'tópica'.

En esta indefinición, la prueba de fuego parece concentrarse en la sesión del claustro a celebrar el día 21, en la cual Tomás y Barona expondrán ante los representantes de los distintos estamentos su modelo de universidad. El claustro, pese a haber perdido toda capacidad de nombrar al rector, conserva la de revocar y tiene margen de maniobra para pedir un pacto entre ambos que escenifique el desacuerdo con el sistema impuesto por la LOU.