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Reportaje:

La alternativa joven de ocio saludable

La iniciativa de abrir centros públicos de noche, iniciada por una asociación juvenil asturiana, toma fuerza como opción al 'botellón'

Patricia Ortega Dolz

Todo empezó en el barrio de la Calzada, en Gijón. Corría el año 1997 y varios chavales jóvenes de la JOCA (Juventud Obrera Cristiana de Asturias) se pasaban las noches del fin de semana en un local de la asociación porque no tenían dinero para ir al cine, ni para salir. Para poco les servía el dinero, de todos modos, en este barrio, eminentemente obrero y situado en los confines de la ciudad, que carecía de todo tipo de posibilidades de ocio. Además, las comunicaciones para 'bajar a Gijón' eran escasas. A esas características debe el barrio su popular nombre: 'República Independiente de la Calzada'.

El hastío llevó a aquellos jóvenes a saltar la tapia de un colegio para jugar al baloncesto una de aquellas noches. Pero las denuncias de los vecinos obligaban a la policía a echarlos de allí cada noche. Fue entonces cuando los chicos solicitaron al ayuntamiento las instalaciones del colegio para jugar una noche. Lo anunciaron a bombo y platillo y se llenó: acudieron chicos y chicas de toda la zona.

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El fenómeno puso de manifiesto la necesidad de los jóvenes de ocupar su tiempo libre más allá de un ocio basado en el consumo al que, por su situación económica, no tenían acceso.

El entonces concejal de juventud y empleo de Gijón, actual presidente del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces (PSOE), entendió que había que apoyar la iniciativa juvenil y, en sus propias palabras, les entregó a aquellos jóvenes las llaves de la ciudad para que la abriesen las noches de los fines de semana.

Hoy aquella alternativa espontánea se ha desarrollado y extendido gracias a un grupo de jóvenes que se han asociado y bautizado como Abierto hasta el amanecer. Ya son tres distritos movilizados en Gijón, con 12 instalaciones abiertas (cuatro en cada uno) las noches de los viernes y los sábados. De ello se benefician los jóvenes de entre 13 y 30 años de siete barrios en los que a partir de las 22.00 se trabaja el cuero o se aprende a cocinar, o se revelan fotografías en el laboratorio, o se tocan los timbales, o se bailan sevillanas, o se juega en la liga de fútbol, baloncesto, o se ve una película o se juega a la Playstation, o se hacen pintadas... Hasta 20 actividades nocturnas gratuitas que se prolongan hasta las tres de la madrugada, impartidas por jóvenes monitores que cobran por horas y dirigidas por 12 animadores sociales, de entre 17 y 25 años, surgidos de los propios barrios y que han encontrado en el desarrollo de estas actividades su primer empleo.

En los cinco años que lleva funcionando el programa por temporadas -este año ha alcanzado la máxima continuidad con tres tempordas de dos meses cada una con los locales abiertos-, se calcula que lo han disfrutado 700.000 jóvenes. El coste anual ronda este año los 360.600 euros (60 millones de pesetas) y 240.400 los financia el propio consistorio de Gijón.

Decenas de delegaciones de otros municipios españoles lo han visitado con el fin de adaptarlo a otras localidades. 'El éxito de la propuesta radica en que es una alternativa hecha por jóvenes para jóvenes. Esto es muy importante porque no lo sienten como algo impuesto por adultos, sino como algo que le ofrece un igual. Es arriesgado pero demuestra que dando confianza también se responsabiliza a los chavales. No es la solución a todos los problemas pero sí una forma de atajarlos', dice Beatriz Cerezo, responsable de la oficina de juventud.

Es la más antigua de las alternativas de ocio nocturno, que empiezan a despuntar ahora. No en vano, el grupo 5 del reciente Congreso sobre Jovenes, Noche y Alcohol celebrado en Madrid se dedicó a analizar 'cómo promover alternativas de ocio al consumo de alcohol durante el tiempo libre?'. Y es que la iniciativa de Gijón ha servido para replantearse los planes de acción con adolescentes como Vanessa, Silvia y Elena, que en lugar de salir y meterse en el pub pasan las noches de los viernes haciéndose cinturones y bolsos de cuero. O como Luís, Sergio y Dani, que en lugar de quedarse en 'el bajo tomando algo', van alguna de las noches del fin de semana a jugar al fútbol.

De hecho, el Plan Nacional Sobre Drogas está financiando la evaluación del programa de los chicos de Abierto hasta el amanecer para estudiar su aplicabilidad y efectividad.

'Aún no tenemos resultados', dice José Ramón Fernández, responsable de dicha evaluación. 'Pero es importante que haya una apuesta real por estas iniciativas desde las instituciones públicas, que las financien para que tengan una continuidad y no se reduzcan a acciones intermitentes. Debería incentivarse la iniciativa privada para que los empresarios oferten otro tipo de ocio', añade. Una idea recogida también en las conclusiones del congreso: 'La industria del ocio se debe implicar en el desarrollo de actuaciones alternativas al consumo de alcohol'.

Algo que supo ver Guillermo Valdés, un joven murciano de 21 años, que dirige una discoteca light en su ciudad, subvencionada por entidades privadas. Se llena cada fin de semana de adolescentes y se publicita en Internet: www.denaiclu.com. 'Además del deporte y los talleres, a los jóvenes les gusta bailar y alternar con su gente. Y eso es lo que les ofrecemos: un espacio, zumos, refrescos, cócteles sin alcohol y música', cuenta.

Cada vez hay más iniciativas de este tipo en España, y cada vez más pensadas como alternativa al ocio asociado con el alcohol y las drogas: De marcha sin tropiezos, en Barcelona; La Noche más joven, en Madrid; Es.pabila, en León... El Plan Nacional sobre Drogas destinó el año pasado un total de 1.021.720 euros en ocio alternativo, pero de un presupuesto global de más de 240 millones de euros, que se invierte mayoritariamente (75%) en asistencia y reinserción.

Muchos expertos cuestionan la eficacia de estos programas para llegar a todos los que lo necesitan, pero ninguno duda de que es fundamental para cambiar el concepto de ocio imperante entre los jóvenes.

Vanessa y Elena atienden a Ana, la monitora del taller de cuero.
Vanessa y Elena atienden a Ana, la monitora del taller de cuero.PACO G. PAREDES

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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