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Cuatro generales presidirán los futuros consejos militares, cuyos miembros serán elegidos por sorteo

Miguel González

Las Fuerzas Armadas tendrán dentro de un año consejos asesores para debatir las 'propuestas y sugerencias' de los militares, pero sus miembros no serán elegidos democráticamente, como los del consejo de la Guardia Civil, al que el Gobierno dio luz verde el pasado 11 de enero, sino por sorteo. Defensa pretende, según la memoria justificativa del decreto, evitar que estos nuevos comités se conviertan 'en centros de liderazgo que puedan considerarse depositarios de la confianza de los demás componentes' de las Fuerzas Armadas.

El ministerio alega que la votación 'no se compadecería con la adecuada y eficaz configuración de la institución militar' y defiende el sorteo recordando que es el sistema previsto para que los ciudadanos participen en la Justicia a través del jurado.

En el sorteo entrarán todos los militares en activo 'que no hayan solicitado en tiempo y forma su exclusión del mismo'. Además de los reservistas, quedarán excluidos los que lleven menos de tres años en su categoría, cuerpo o escala y los destinados en el extranjero, entre otros.

Los cuatro consejos -uno por cada ejército y otro para los cuerpos comunes- tampoco serán democráticos en su composición, pues ésta no será proporcional, como en la Guardia Civil, sino paritaria. Es decir, habrá 10 oficiales, 10 suboficiales y 10 soldados o marineros en los consejos de Tierra, Armada y Aire, aunque los efectivos de tropa suponen dos tercios del total.

Todos los consejos serán presididos por un general o almirante, que tendrá voto de calidad en caso de empate. Dada la creciente presencia de la mujer en los ejércitos, se ha previsto que al menos haya un miembro de cada sexo por categoría de oficiales, suboficiales y tropa.

Las decisiones se tomarán por mayoría absoluta y los discrepantes podrán formular votos particulares por escrito. Los vocales actuarán en conciencia, pues no estarán sujetos a mandato imperativo ni sometidos a dependencia jerárquica. Al contrario que en la Guardia Civil, no se ha previsto un estatuto disciplinario especial para evitar presiones.

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Los consejos se dedicarán al 'análisis, estudio y valoración de las propuestas o sugerencias planteadas por los militares profesionales en lo referido al régimen de personal y a la condición de militar'. Entre otros asuntos, abordarán las reglas que rigen retribuciones, ascensos o destinos, pero no podrán tratar sobre peticiones o quejas individuales.

El mandato de los vocales será de cuatro años, salvo el de los soldados temporales, que se limitará a dos. Los consejos se renovarán por mitades cada dos años y sus miembros no podrán repetir. Habrá dos reuniones anuales ordinarias y las extraordinarias serán convocadas por los presidentes o un tercio de los vocales. Pese a todas las cautelas, el decreto rezuma desconfianza: 'No podrá ser objeto de deliberación o acuerdo ningún asunto que no figure en el orden del día [fijado por el presidente] salvo que estén presentes todos los miembros del consejo y sea declarada la urgencia del asunto por el voto favorable de más de dos tercios', advierte.

El subsecretario podrá convocar conjuntamente a los cuatro consejos, para asuntos de interés general de las Fuerzas Armadas, pero los presidentes podrán decidir quiénes asisten a la reunión.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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