ARTE Y MÚSICA PARA UN GRAN ESCULTOR

El escultor César Montaña (Vegadeo, 1928-Madrid, 2000), director de la Escuela de Artes y Oficios de la capital durante varios años, murió mientras dibujaba, según declaró uno de sus amigos, el también escultor Venancio Blanco, durante el homenaje que se le tributó en el Centro Cultural Príncipe de Asturias en Madrid, al que asistió Elena Lehmann, viuda del escultor. Eduardo Capa, fundidor de casi todas las esculturas de Montaña, recordó al artista, que unía un dominio total del oficio con una gran libertad creativa y a la persona, llena de naturalidad y sinceridad. Joaquín García Donaire, de la Real Academia de San Fernando, evocó su pasión por la artesanía y la gestación de una de sus grandes obras, El herrero, que puede verse en Vegadeo. Artistas como David Lechuga o Isabel Merodio recordaron la buena formación que les dio Montaña, que, en palabras de la última, 'enseñaba a vivir la vida y el arte apasionadamente, con valentía y sinceridad'. Éstos, junto a otros 37 alumnos de Montaña, exponen obras de homenaje a su maestro junto a piezas del fallecido. El homenaje concluyó con la actuación musical de tres nietos del escultor, Edurne, David y Darío, que unieron voces y contrabajo en piezas clásicas y canciones asturianas, como Madre, cuando voy por leña, predilecta del artista, que aprovechaba el asueto veraniego para recoger los troncos que el mar arroja a la playa. 'Sigue vivo en nuestros corazones', dijo Isabel Merodio.