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EL ENREDO
Columna
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Mono, whisky y paro

1. El Gobierno va a endurecer

El PP en la oposición denunciaba paro, despilfarro y corrupción, y resulta que lo que había era una estadística mal hecha

los requisitos para ser parado. Hay que ver, qué difícil es la vida. ¡Hasta para ser parado te exigen cada día más! Cambia la forma de hacer la estadística y desaparecen cuatrocientos mil parados. Recoñe. ¿Por qué no cambian la estadística de forma más drástica y conseguimos el pleno empleo? La nueva norma obligará a ir cada cuatro semanas a la oficina del Inem. Muy mal. Debería exigirse que el presunto parado se personara cada media hora: hoy día hay contratos de cuarto de hora y pudiera ser que entre sello y sello el pillo se dedicara a trabajar. Otro requisito: si un empleado del Inem así lo demandara, el presunto parado deberá traerle un café de la máquina, con lo cual también será borrado de la lista, dado su nuevo empleo como portacafés. Más: el parado debería ser sometido a diversas pruebas, la reválida del parado, como... yo qué sé, a la política hay que echarle imaginación, como cantar La del manojo de rosas o tararear Por qué su mono mete los cataplines en mi whisky. (En un bar toca un pianista; tiene un mono; el mono, inopinadamente, salta hasta la barra y mete sus cataplines en el whisky de un cliente; tres o cuatro veces; el cliente se harta y le pregunta al pianista: 'Oiga, ¿sabe por qué su mono mete los cataplines en mi whisky?' Y el pianista le responde: 'No, no lo sé, pero si me la tararea se la toco'). En resumen: que el PP en la oposición denunciaba paro, despilfarro y corrupción, y resulta que lo que había era una estadística mal hecha.

2. Qué decepcionante es la política.

Yo esperaba que Zapatero dijera públicamente que Solana es un magnífico candidato para la alcaldía de Madrid, y que hubiera mandado a José Blanco para advertir discretamente a Solana de que si se le ocurría aceptar le partiría las piernas. Pero los zapatistas son como los locos y los niños, dicen lo que piensan: 'Solana por encima de mi cadáver', proclama Zapatero. 'De eso se trata', replican los suyos.

3. Los socialistas tienen la rebeldía mal enfocada:

sienten el impulso de rebelarse contra el que manda, sí, ¡pero contra el que manda dentro del partido! Necesitarían un cursillo intensivo de Bilardo, aquel entrenador argentino que abroncó a uno de sus futbolistas por dar agua a un adversario: '¡A ese no!', gritaba, '¡Los nuestros son los de rojo, al enemigo pisálo, pisálo!'. En el PSOE lo hacen al revés. En cuanto tiene oportunidad, Zapatero pacta con el adversario, y empiezan los gritos: '¡A Zapatero, al nuestro, pisálo, pisálo!'.

4. Pero a partir de ahora va a cambiar.

Zapatero se ha puesto serio. El lunes riñó al Gobierno por hacer electoralismo con el terrorismo; el martes, por la reválida; el miércoles, por Guantánamo; el jueves, por Argentina... Canastos con Zapatero. Antes salía a pacto diario y ahora cada día trae una revolución. A ver si se pasa de vueltas, coge el pasamontañas y se hace zapatista de verdad. 'Antes me llamaban Sosomán; desde ahora llamadme comandante Joseluis'. Lo que hay que hacer para no quedarse en paro.

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