Paisajes interiores

La labor de búsqueda que caracteriza a la obra del pintor pontevedrés Manuel Moldes alcanza un nuevo hito en su última exposición, Links, que supone una ruptura con los trabajos realizados en otras épocas. Sin embargo, existe un hilo conductor y un plan de acción cuidadosamente estudiado en la trayectoria de Moldes, que estuvo encuadrado en el grupo Atlántica, pero que hace ya tiempo que vuela en solitario e investiga los aspectos de la pintura que más le interesan.

A través de 12 lienzos -algunos de gran formato- y ocho dibujos, Moldes trata de plasmar materialmente todo un universo interior que está implícitamente contenido en los cuadros. Son obras abstractas pero con una gran capacidad para generar significados alegóricos. Son links, es decir, enlaces hacia un mundo interior al que el observador es invitado a entrar. Los dibujos son los primeros bocetos de esas corrientes internas, que alcanzan una mayor definición sobre el lienzo.

Los colores son fuertes, casi estridentes, ya que tratan de reflejar hechos vitales, frente al uso de tonalidades más frías que caracterizaban etapas anteriores del artista. Como ocurre en otros aspectos de la obra de Manuel Moldes, el uso de los colores no es neutral y tiene siempre una intención que a veces queda al descubierto y en otras ocasiones exige un mayor esfuerzo por parte del espectador.

El interés de Moldes por la evolución del mundo que le rodea se demuestra con la introducción de elementos que sugieren la irrupción de las tecnologías en el mundo de hoy, como ocurre en los cuadros Noite de Verán 01 y Vagalume. El artista que en otras épocas se interesaba por paisajes o retratos de la Galicia rural, ahora no tiene reparos a la hora de introducir en su obra elementos imprescindibles para entender la sociedad moderna. En todo caso, Moldes se mantiene fiel a su concepción de la pintura como fórmula de comunicación y no descarta en un futuro volver a la figuración.