Las manos protagonizan un espectáculo en El Canto de la Cabra
La sala El Canto de la Cabra ofrece un espectáculo de prestidigitación teatral. Se titula La guinda y está protagonizado nada más que por manos, y no es una licencia retórica. Nico Baixas, el único intérprete, ha arrinconado las palabras y vuelca todo el peso de la función sobre sus dedos, con los que hace un alarde de comunicación. La guinda 'habla del desamor, del sexo y las distintas maneras de comunicarse', dicen los programadores de la sala.
El montaje se deja influir por la libertad y el desenfreno propios del tango y el cabaret para reivindicar la pasión. El público que acuda a la sala, a partir de hoy, presenciará atípicos bailes, desnudos y juegos seductores con frutas y hortalizas. La guinda provoca con insinuaciones: 'Es una fruta pequeña, agridulce y de un rojo intenso que simboliza el último toque de un trabajo bien hecho; es utilizada para endulzar cócteles o coronar pasteles', dicen sus responsables.
La autora del texto, Teresa Calafell, es una veterana en los montajes de teatro visual; ha estrenado más de 15, no sólo en España, sino en toda Europa, Israel, China, Canadá, Australia o Estados Unidos. Nico Baixas, el dueño de las manos, también huye de lo tradicional, prefiere actuaciones poco comunes donde pueda mezclar sus conocimientos sobre música, teatro, cine, danza y arte en vídeo. La guinda, que considera una propuesta 'tan universal como transgresora', cosechó un gran éxito en la última edición del festival Grec de Barcelona.
La guinda, de Teresa Calafell y Nico Baixas. Hasta el 24 de febrero. Teatro Canto de la Cabra. Calle de San Gregorio, 8. Metro Chueca.De jueves a domingo, a las 21.00. Precio: 9,02 euros (1.500 pesetas).
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