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Un 'broker' del mayor banco de Irlanda desaparece tras causar pérdidas gigantescas

El 'agujero' asciende a 850 millones de euros

Allied Irish Banks (AIB), el mayor banco de Irlanda, admitió ayer que uno de sus operadores en el mercado de divisas ha provocado un agujero de 750 millones de dólares (850 millones de euros) en su filial de EE UU. El presidente del país compareció ayer ante el Parlamento en Dublín para tranquilizar al país y garantizar que la mayor entidad financiera irlandesa no se va a hundir. El cambista, John Rusnak, no aparece desde el lunes. El FBI le está buscando.

Lo que más pánico ha producido en este caso es su similitud con la crisis que acabó provocando la intervención judicial de la banca Barings en Londres al conocerse que un empleado desleal de su oficina de Singapur, Nick Leeson, había provocado unas pérdidas de 690 millones de euros (600 millones de dólares que, en realidad, acabaron siendo el doble) al apostar por una subida de la Bolsa de Tokio, que en aquellos tiempos se hundía sin remedio.

El presidente de Allied Irish Bank, Michael Buckley, convocó ayer una rueda de prensa nada más trascender el caso para dejar muy claro que ahí se acaba todo el paralelismo entre su banco y la banca Barings.

AIB es el mayor banco de la República de Irlanda y tiene capital de sobra para asumir una crisis como esta, aseguró. Sus acciones cayeron un 23% de inmediato, pero luego se fueron recuperando en parte. El agujero provocado por John Rusnak, empleado en Baltimore por Allfirst, la filial americana de AIB, reducirá en casi 600 millones de euros los beneficios del banco en el ejercicio de 2001, pero aún y así la entidad presentará un beneficio de 400 millones de euros, aseguró Buckley.

Pero no sólo la cuenta de resultados va a verse afectada: también su prestigio por no detectar antes los problemas creados por su empleado.

Empleado modelo

John Rusnak, de 40 años, casado, padre de dos hijos y empleado en Allfirst Financial desde hace siete años, parecía un empleado modelo hasta hace apenas una semana. Nadie, o casi nadie, sabía en el banco que desde hacía un año estaba generando un agujero colosal al comprar las divisas equivocadas. Rusnak, que no se sabe aún si actuó sólo o en connivencia con otros y si lo hizo para sacar provecho personal, compraba divisas para venderlas a corto plazo.

Pero sus operaciones resultaron ruinosas. El problema es que dejó de asegurar sus operaciones a través de las llamadas opciones: la compra de una especie de seguro que cubra en parte las posibles pérdidas de cada operación. Rusnak compraba opciones ficticias que eran introducidas, de forma artificial, en la contabilidad de la entidad. No había nada que cubriera sus pérdidas.

El banco irlandés no detectó los problemas que estaba generando su empleado especializado en cambios de divisas a pesar de que el tamaño de las posiciones de compra y de venta autorizadas por la entidad a cada uno de ellos es analizado de manera regular.

Sólo las elevadas cantidades de liquidez reclamadas por el empleado para llevar a cabo sus operaciones llamaron la atención de sus superiores, que abrieron una investigación hace una semana. Rusnak estaba colaborando con el banco y con el Federal Bureau of Investigation (FBI) para aclarar la situación. Pero el pasado lunes ya no se presentó al trabajo. Desde entonces, está desaparecido. 'Creemos', aseguró ayer Buckley, 'que él (Rusnack) todavía está en el área de Baltimore'.

Valor de mercado

Con un valor de mercado de 10.500 millones de euros, Allied Irish Banks era la semana pasada el mayor banco de Irlanda y la empresa más cara del país, antes de que ayer se depreciaran sus acciones.

Fundada en el año 1966, la entidad cuenta con un total de 31.000 empleados y 98.000 accionistas. 'El capital de base es fuerte', afirmó ayer el presidente de Irlanda, Bertie Ahern, en un intento por tranquilizar al país y, sobre todo, evitar un ataque de pánico entre accionistas y depositantes. 'Quienes tienen depósitos en AIB no corren ningún peligro de perder su dinero', aseguró.

[No obstante, analistas como Eammon Hughes, de la firma ABN Amro, destacaban ayer que el anuncio del AIB llega en el peor momento, dada la sensibilidad de los inversores ante las irregularidades que se detectan en algunas empresas.]

El presidente del AIB, Michael Buckley, ayer en Dublín.
El presidente del AIB, Michael Buckley, ayer en Dublín.ASSOCIATED PRESS

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