La nueva estación de autobuses de San Sebastián abrirá en 2006
La edificación de la nueva estación de autobuses en el área donostiarra de Riberas de Loiola, así como la renovación de las infraestructuras viarias y ferroviarias de la zona y la construcción de tres puentes sobre el río Urumea, comenzarán en el verano de 2003, con un plazo de ejecución de tres años y un presupuesto de 54,09 millones de euros (9.000 millones de pesetas).
La 'compleja' operación requiere el concurso de diferentes instituciones, desde la Administración central hasta el Ayuntamiento de San Sebastián, pasando por Renfe, el Gobierno vasco y la Diputación de Guipúzcoa. Todas ellas tendrán que iniciar ahora un periodo de conversaciones, a fin de suscribir los convenios necesarios para fijar la cofinanciación de los trabajos y realizar las obras, según explicó ayer el alcalde donostiarra, el socialista Odón Elorza.
La nueva estación de autobuses, que costará 13,76 millones de euros (2.290 millones de pesetas), contará con 33 andenes, será soterrada en parte, dispondrá de oficinas para las compañías de transporte de viajeros y tendrá carácter intermodal, ya que conectará con nuevos apeaderos de Renfe y Euskotren. La estación podría albergar también un aparcamiento con 440 plazas, que requeriría una inversión de 5,05 millones de euros (841 millones de pesetas). La gestión de la nueva infraestructura podría corresponder al consistorio y la Diputación o quedar en manos privadas, mediante una concesión.
La operación de Riberas incluye la sustitución del actual puente de hierro por otro más ancho, que servirá para que la futura autovía del Urumea entre en San Sebastián. En esta misma zona se construirá un nuevo puente ferroviario con tres vías, dos en sustitución de las que ahora salvan el río y una tercera para el tren de alta velocidad. También se habilitará un tercer vial cerca de Mundaiz, lo que exigirá el derribo de casas del paseo del Urumea y de instalaciones de Koipe. Igualmente, se levantará un nuevo puente a la altura de la plaza Pío XII y se soterrará parte del paseo de Vizcaya para dar salida a la autovía del Urumea.
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