Multado un padre que dio un cachete a su hijo porque no comía

Darle un pescozón y un cachete a un hijo por no comer puede ser castigado con 180 euros de multa (30.000 pesetas) o 15 días de arresto. Así lo ha hecho la magistrada de la sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia al confirmar una sentencia por una falta de maltrato al padre de un menor que 'pegó a su hijo con la mano abierta en la cabeza y en el culo sin causarle lesión'.

El 9 de abril de 2000, Enrique M.B., ante la protesta continuada de su hijo menor porque se negaba a comer, le propinó varios cachetes. Además, y según recoge la sentencia, 'en otras ocasiones en que el menor ha estado en su compañía, se ha enfadado con su hijo y le ha causado daño apretándole o pellizcándole con fuerza el músculo a la altura del trapecio'.

La juez dice que 'tal conducta no resulta necesaria ni acorde con el estímulo que la provoca, un enfado, o una negativa a ingerir una determinada comida porque no le gusta'. Y recuerda al padre condenado que la patria potestad tiene hoy otros objetivos, 'se contempla como función más que como derecho y resulta indiscutible la finalidad estrictamente educativa y en interés del menor'.

La magistrada de la Audiencia coincide con el juez instructor en que el correctivo aplicado no fue idóneo y sí 'desproporcionado por no responder en modo alguno al interés del propio menor sino a una forma de conducta'.

La sentencia recuerda también al padre el principio recogido en el Convenio de Derechos del Niño: 'El interés del menor es el que debe presidir el análisis de la convivencia y oportunidad de la medida'.

Enrique M.B., separado y sujeto a un convenio de régimen de visitas, recurrió la sentencia porque consideró que el testimonio del pequeño estaba viciado por la versión de los hechos ofrecida por la madre en la vista, declaración en la que estuvo presente el pequeño. Ahora, la Audiencia de Valencia desestima el recurso, considera que los hechos que fueron objeto de la denuncia se han probado, confirma la pena y advierte al condenado que 'tiene incorporado el maltrato a su estilo educativo hacia el menor'.