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Reportaje:El regreso de una leyenda

Un 'matador' en Cádiz

Kempes, un trotamundos de los banquillos, recala en el San Fernando

No había indicios de penuria en la estampa elegante y el remate seguro que hicieron de Kempes, El Matador, un delantero de leyenda. Pero a diez años de su retirada, en su rostro ajado se adivina el desarraigo. Lleva una década de lucha sin premio, entrenando a equipos en Asia, los Balcanes y América, metido en conflictos como el que azota su nuevo puesto, el banquillo del San Fernando (Cádiz), de Segunda B. Porque hace una semana, Mario Alberto Kempes (Argentina, 1954) regresó a España con el reto de hacerse un hueco como técnico. 'He venido a sacar esto adelante', dijo al asumir el San Fernando. Debutó el viernes pasado, ante el Jerez de los Caballeros, coincidiendo con una goleada en contra (1-4) que hundió al conjunto gaditano en las posiciones de descenso del Grupo IV.

Kempes, que como jugador ganó el Mundial de 1978, la Copa del Rey en 1979 y la Recopa de Europa con el Valencia, es entrenador desde que se retiró en 1993. Desde entonces da tumbos. Su última aventura, antes de llegar a España, comenzó en la Tercera División italiana y concluyó con un episodio patético. En agosto de 2001, Kempes se llevó a 16 jugadores argentinos y uruguayos -todos ellos nacionalizados italianos- al Fiorenzuola de la Serie C. El club no dudó en otorgarle plenos poderes para hacer un equipo a su antojo. Sin embargo, asuntos burocráticos le frenaron en seco, como dice el propio Kempes: 'Las negociaciones para la compra del club se fueron al traste [no llegó a producirse un cambio de propietarios] y el proyecto no se pudo llevar a cabo. Algunos regresaron a su casa, el resto se buscó por ahí la vida'.

Kempes abandonó el Fiorenzuola y en diciembre fichó por el Casarano, de la Cuarta División de Italia. Allí sufrió tres derrotas en cuatro partidos. 'En Italia las cosas no iban bien', relata; 'así que cuando me llamaron del San Fernando decidí venirme. Me encanta el clima de España, tengo muy buenos recuerdos, y además aquí están los hijos de mi anterior matrimonio'.

La carrera de Kempes como entrenador tocó fondo en Albania. El colapso financiero de aquel país, en 1997, no sólo le obligó a abandonar su cargo como entrenador del Lushnja, sino que se tragó sus ahorros, depositados en un banco albano. Kempes también entrenó al Puig, de Tercera (Valencia), y al Mineros de Guayana (Venezuela), el Santa Bárbara (Costa Rica), y el Pelita Jaya (Indonesia). Todas fueron experiencias efímeras y no demasiado exitosas. A lo sumo, como dijo el presidente del Mineros, su labor aumentó las perspectivas de las competiciones provincianas: 'Kempes nos abrió las fronteras de nuestro fútbol al exterior'.

El mayor logro de Kempes como entrenador, sin duda, fue ganar el campeonato boliviano en 2000 con el Strongest (La Paz), que sufría una gravísima crisis económica. Kempes recuerda: 'Fue un calvario porque los muchachos no veían un peso. Pero me encontré con un grupo de luchadores y salimos adelante'. El Strongest salió de los puestos de descenso, ganó el torneo Apertura, quedó segundo en el Clausura y se clasificó para jugar la Copa Libertadores. Kempes se quedó sin participar en ese torneo. Sus diferencias con la directiva le apartaron del club.

¿Por qué Kempes, a diferencia de otros técnicos argentinos, nunca gozó de caché? ¿Por qué a pesar de su historial, no ha conseguido dirigir a un equipo importante? Él lo explica con tono resignado: 'Es muy difícil entrar en ese círculo tan cerrado que tienen ciertos técnicos argentinos. Si me llamasen de una entidad de mucho prestigio claro que iría, pero eso sólo le ocurre a Pasarella y a otros tres'.

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