El fiscal pide 13 años de cárcel a un hombre que mató a otro en El Palmar
La defensa presenta atenuantes y eximentes
El juicio aún no está señalado y Martín T. espera en prisión. Martín y Vicente vivían en la calle de Vicente Baldoví, uno frente a otro. Martín, con problemas psicológicos, separado, con varios hijos que desde hacía años no veía y considerado un hombre carácter conflictivo entre los vecinos del pueblo, mantenía una estrecha amistad con Vicente y su familia.
El 7 de junio, después de trabajar, ambos estuvieron en bar próximo bebiendo. Poco antes de las 23.00, Vicente pasó por la casa familiar, cogió la cena y se marchó a la vivienda de su amigo. Allí, junto a Miguel, hermano de la víctima, se inició una conversación que fue subiendo de tono hasta el punto que un comentario del fallecido fue entendido como un desafío por parte de Martín. El escrito del fiscal recoge que se planteó si el acusado sería capaz de disparar un arma de fuego sobre su amigo. Y Martín abandonó el comedor, cogió una escopeta que guardaba en una habitación de la casa, la cargó, volvió al salón y desde la puerta, a poca distancia, disparó a Vicente en la cabeza. El hermano de la víctima asegura, y así lo recoge el escrito del fiscal y el de la acusación, que después amenazó con matarle a él. Pero las súplicas de Miguel le salvaron la vida. Martín llamó a la Guardia Civil instantes después, con el arma aún cargada y el cuerpo de su amigo tendido en el suelo.
Ahora, el fiscal entiende que Martín cometió un homicidio. A ese delito le aplica la atenuante de confesión y la agravante de abuso de superioridad. Por ello, solicita 13 años de cárcel y la prohibición de acercarse a El Palmar en los cinco años siguientes a su salida de prisión. La acusación particular, que representa a los padres y hermanos del fallecido, considera que Martín es culpable de un delito de asesinato y pide por ello 19 años de prisión, 30 millones de pesetas de indemnización y la prohibición de residir en El Palmar en los cuatro años posteriores a su salida de la cárcel.
La defensa acepta que Martín cometió un delito de homicidio. Pero, tal como consta en su escrito, considera que Martín actuó bajo los efectos del alcohol, que sufre un trastorno de personalidad de tipo esquizoide y un estado de ansiedad que le ha llevado, en dos ocasiones, a intentar quitarse la vida. Además, afirma que Martín disparó sin apuntar pero que la proximidad de la víctima hizo que el cartucho le alcanzara en la cabeza. Por ello, pide tres años y diez meses de pena máxima.
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