Las canastas del tendero

Es una obviedad que cualquier buen negocio partió en algún momento de cero. Pero a partir de ahí hay que tener buen pulso para marcar puntos. Y Juan Roig hace tiempo que dejó de encestar tiros libres y se dedica a los triples. Economista licenciado con vocación de tendero, en definición propia, se ha anclado en el sector de la distribución comercial con una fórmula que está lejos de morir de éxito. Cuando Mercadona nació tenía ocho tiendas en Valencia. En la actualidad ha diseminado 591 establecimientos en 33 provincias de 11 autonomías y está marcando en los últimos tiempos un ritmo de aperturas que ronda los cien supermercados al año. Mercadona acaba de inaugurar un centro logístico en Sant Sadurní d'Anoia en el que ha invertido 55,29 millones de euros y mientras completa el mapa de implantación en el territorio español, mira de reojo el mercado portugués.

Roig nació en Valencia hace 53 años en el seno de una familia numerosa. Estudió en los jesuitas. Está casado y tiene cuatro hijas. En cierta ocasión se definió como empresario, valenciano y nacionalista. Lleva más de media vida en un negocio gestado a partir de una firma cárnica familiar y que controla accionarialmente desde hace algo más de una década. Su apuesta por los supermercados de barrio ha vertebrado una firma que oficialmente cumple 20 años y que está impregnada de la filosofía de que 'el Jefe', como internamente llaman al cliente, es lo primero. Roig está rodeado desde hace años de un equipo de colaboradores de absoluta confianza.

En el sector comercial le definen como 'dialogante, serio y con ideas claras'. Un empresario que hace suyo el dicho de que el ojo del amo engorda al caballo y poco aficionado a los actos sociales. Su pasión es el club de baloncesto Pamesa Valencia, que es más una afición que un negocio. Entusiasta del deporte, se lanzó a la cancha hace años y entró en el club que ahora preside junto a su hermano Fernando, a la sazón presidente del Villareal Club de Fútbol y dueño de Pamesa Cerámica. Era 1986. En los últimos cinco años, el equipo ha saltado deportivamente gracias al apoyo económico de los Roig hasta situarse entre los primeros de la ACB. La sintonía entre ambos hermanos es más que buena. Los Roig impregnan la vida deportiva valenciana. Otro de sus hermanos, Francisco, presidió el Valencia Club de Fútbol en una época más caracterizada por las convulsiones que por los éxitos deportivos.

Juan Roig juega a buen ritmo en la liga profesional, y con muchos minutos de juego por delante, evita públicamente cualquier concreción sobre el futuro relevo al frente del equipo que preside.