España, de tapadillo

España afronta renovada y de tapadillo la quinta edición del Campeonato de Europa de balonmano, que arranca hoy en Suecia con un nutrido grupo de aspirantes al título, entre ellos la selección anfitriona, que cuenta con la brillante -también veterana- generación de jugadores que ha deslumbrado durante el último decenio: Wislander y Olsson, ambos de 37 años, y Gentzel, Lindgren o Andersson.

El torneo se presenta muy abierto. Algunos de los favoritos, Rusia o Francia, han dado muestras de declive en los últimos meses. Los rusos, actuales campeones olímpicos, fueron los sextos en el Mundial de Francia, disputado en enero de 2001. La selección francesa, por su parte, vigente campeona del mundo, ha perdido sus tres últimos encuentros amistosos. Alemania y Dinamarca, mientras tanto, han levantado muchas expectativas.

La competición pone a prueba a la selección española, cuya renovación comenzó tras los Juegos de Sydney 2000 y aún no ha terminado. El equipo de César Argilés, quien tomó el relevo de Juan de Dios Román en noviembre de 2000, llega mermado por la ausencia de algunos de sus pilares durante los últimos años: Xepkin ha renunciado al equipo nacional y Duishebáiev y Masip están lesionados. El grupo ofrece caras nuevas: los subcampeones mundiales júniors de 2001 Carlos Prieto, Iker Romero y Santi Urdiales. Gente joven y competitiva, curtida en la exigente Liga española.

'Pese a las significativas ausencias, aún tenemos gente con carácter, como Rafa Guijosa o Carlos Ortega, que han contribuido mucho a que los nuevos se encuentren a gusto y se acoplen cuanto antes', afirma Argilés, quien trata de ahuyentar la presión: 'Pensar en subir al podio es una locura. Lo principal es que los jugadores disfruten'.

España, medallista en las tres últimas ediciones -plata en España 96 e Italia 98) y bronce en Croacia 2000-, comienza hoy ante Islandia, una rocosa selección que puede meterla en aprietos. La primera línea titular del equipo islandés es la misma que brilló en el Campeonato del Mundo júnior de Egipto 93. En aquel torneo Islandia obtuvo la medalla de bronce tras impresionar con su juego a los expertos.

'El balonmano es el deporte por excelencia en Islandia. Tienen una escuela muy definida. En el Mundial de Francia cayeron de manera muy apretada en los octavos de final ante Yugoslavia', explica Juan de Dios Román, ex seleccionador nacional.

Suiza y Eslovenia tienen un potencial más limitado. La primera es entrenada por el alemán Arno Ehret, quien como jugador fue campeón del mundo. La estrella suiza es Baumgartner, que juega en la competitiva Liga alemana. El mejor resultado de Suiza es el cuarto puesto conseguido en el Mundial de Suecia 93.

Eslovenia, mientras tanto, ha participado en todas las anteriores ediciones menos en la de Italia. En los Juegos de Sydney perdió ante España (31-28) tras ganar la plaza olímpica a Croacia. Su mejor jugador es Pajovic, un lateral izquierdo por quien suspiran los principales clubes europeos. 'Los eslovenos tienen un gran sentimiento nacional. Además, cuentan con un entrenador, Tominec, que exprime las virtudes del equipo', comenta Román.

El Campeonato de Europa presenta este año novedades con respecto a anteriores ediciones: es la primera vez que compiten 16 equipos -en las anteriores ediciones participaron 12-. Además, se permiten por primera vez en el torneo 14 jugadores en el acta en vez de 12.